El 13 de marzo de 2013, el Papa Francisco comenzó su pontificado, marcando un nuevo rumbo para la Iglesia Católica con su propuesta de una “Iglesia pobre para los pobres”. A sus 88 años y actualmente hospitalizado por problemas respiratorios, la mirada del mundo está puesta en su salud y en qué rumbo tomará la Iglesia tras su pontificado.
Durante estos años, Francisco ha impulsado cambios significativos, como una mayor presencia de mujeres en la Iglesia, con cargos de alto poder, y una reforma económica que busca mayor transparencia en la gestión de las finanzas del Vaticano. También ha priorizado la lucha contra la pederastia, creando la Comisión Pontificia para la Protección de Menores y exigiendo transparencia y celeridad en los casos de abuso.
A pesar de sus esfuerzos reformadores, ha enfrentado resistencia interna, especialmente de sectores más conservadores de la Iglesia. Estos sectores podrían alzar su voz en el próximo cónclave, buscando frenar algunas de las reformas de Francisco y optar por un pontífice más conservador o de transición.
El Papa ha modificado la distribución geográfica del Cuerpo de Cardenales, dando más espacio a representantes de Asia y África, lo que podría influir en la elección de su sucesor, aunque no necesariamente hacia un papa alineado con sus ideas progresistas.
¿Qué futuro para la Iglesia?: Con su salud comprometida y el futuro incierto, la figura del Papa Francisco es un símbolo de renovación, pero también de polarización dentro de la Iglesia. La siguiente etapa del pontificado dependerá de su capacidad para recuperarse y de las decisiones que tome la Iglesia tras su posible salida.
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