Francisco Jiménez, exministro de Gobierno durante la gestión de Guillermo Lasso, ha ofrecido su análisis sobre la actual situación política en Ecuador, destacando la desconexión entre la clase política y las necesidades reales del país.
En una entrevista reciente, Jiménez expresó su preocupación por la persistencia de los problemas estructurales del país, como la inseguridad, la falta de empleo y el déficit económico, a pesar de los cambios de gobierno y la alternancia política.
“La brújula ha girado poco. Probablemente porque en pocos meses es difícil conseguir condiciones estructurales de cambio en Ecuador”, señaló.
Asimismo, lamentó que la dicotomía entre correísmo y anticorreísmo continúe dominando la política ecuatoriana, atrapando a los actores políticos en un ciclo de confrontación estéril.
Jiménez advirtió sobre el peligro de caer en la trampa de la polarización política y la falta de un proyecto político propio, lo cual dificulta la toma de decisiones y perpetúa la desconexión entre el gobierno y la ciudadanía.
En cuanto a las acciones políticas motivadas por el odio, Jiménez destacó que reflejan esta desconexión y contribuyen a la volatilidad en el voto durante las elecciones.
“La política está divorciada de las necesidades del país y de lo que aspira la gente. Eso hace que cada elección haya volatilidad en el voto”, subrayó.
En este contexto, el exministro enfatizó la importancia de formar equipos de gobierno inclusivos, capaces de abordar los problemas del país desde diversas perspectivas y con un proyecto político sólido y centrado en el bienestar de la ciudadanía.
“Para gobernar un país se requiere de un equipo de todas las tendencias, incluso las contrarias, todo con base a un proyecto político que represente la capacidad de solucionar los problemas que tiene el país”, concluyó Jiménez.
