El insomnio puede empeorar la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental

Feb 28, 2024

Emily, recién graduada y trabajadora en un bufete de abogados en Nueva York, enfrentó un desafío inesperado tras mudarse a la ciudad: insomnio crónico. Inicialmente, creyó que su ansiedad era solo parte del proceso de adaptación, pero pronto se vio atrapada en un ciclo de insomnio y nerviosismo constante.

La situación de Emily no es única; un tercio de los adultos en Estados Unidos informa dormir menos de 7 horas por noche, lo que tiene un impacto significativo en la salud mental. Un análisis de 19 estudios revela que la privación de sueño afecta tanto la capacidad cognitiva como el estado de ánimo, siendo este último el más perjudicado.

La Fundación Nacional del Sueño, en una encuesta realizada en 2022, encontró que la mitad de quienes duermen menos de 7 horas diarias experimentan síntomas depresivos. Además, investigaciones sugieren que abordar el insomnio puede prevenir la depresión y la ansiedad posparto.

Carly Demler, residente en Carolina del Norte, compartió su experiencia de un año de insomnio, que afectó su paciencia, aumentó su ansiedad y la volvió irritable. Incluso después de probar medicamentos como Ambien, su situación no mejoró. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC) resultó ser la solución más efectiva, mejorando la calidad de su sueño.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que los adultos duerman entre 7 y 9 horas por noche. La calidad del sueño también es crucial; la dificultad para conciliar el sueño o despertarse regularmente afecta la sensación de descanso, independientemente de la cantidad de tiempo en la cama.

El ciclo entre problemas de sueño y salud mental puede ser difícil de romper, pero es fundamental abordar esta conexión. Lynn Bufka, psicóloga clínica, insta a las personas a evaluar su estado de ánimo y desempeño durante el día para identificar posibles problemas de sueño.

La buena higiene del sueño y la consulta con un profesional médico son pasos esenciales. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio ha demostrado ser más efectiva a largo plazo que los medicamentos para dormir, con hasta un 80% de mejora en los pacientes.

La salud mental y el sueño están intrínsecamente vinculados, y abordar uno puede tener un impacto positivo en el otro. En palabras de Emily, «el sentimiento de gratitud cada mañana, al despertar descansada, es un resquicio de esperanza inesperado».


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