En el Día Internacional del Té, una investigación reciente de la Universidad de Harvard, en colaboración con las universidades de Queen’s en Belfast y Edith Cowan en Australia, destaca que el consumo de té negro, rico en flavonoides, puede contribuir a un envejecimiento más saludable. Estos compuestos antioxidantes ayudan a reducir el estrés oxidativo y la inflamación, favoreciendo la salud vascular y muscular, aspectos clave para prevenir la fragilidad y mantener la función física y mental en la vejez.
La profesora Aedin Cassidy, autora principal del estudio, señala que una ingesta frecuente de alimentos ricos en flavonoides, como el té negro, bayas y manzanas, se asocia con una mayor esperanza de vida y una menor probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas como demencia, diabetes o afecciones cardiovasculares. Además, los antioxidantes presentes en el té negro neutralizan los radicales libres, moléculas inestables que dañan las células y favorecen enfermedades crónicas.
En conclusión, incorporar el té negro en la dieta diaria podría ser una estrategia efectiva para promover un envejecimiento saludable y prevenir el deterioro físico y mental asociado a la edad.
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