El presidente Trump se propone recuperar el poderío industrial de los EE. UU., emaciado con la globalización. Sus industrias trasladaron sus plantas de ensamblaje a México y al Asia, sobre todo China. Con ese objetivo Trump erige una monumental muralla arancelaria con la cual protegerá a la renaciente industria estadounidense.
La mayoría de los observadores consideran que es una medida desacertada, que generará una recesión mundial, tal como sucedió a partir de 1930 cuando EE. UU. cerró sus puertas al mundo. Esa década Ecuador vivió una profunda crisis económica y política, incluyendo la guerra de los 4 días. De darse una recesión, todos los países sufrirán.
Trump clavó aranceles a todos los países excepto Canadá y México, a cuyas exportaciones no amparadas por el tratado de libre comercio USMCA ya había gravado.
Habrá un daño generalizado. En los EE. UU. los precios subirán, lo cual añadido a la desaceleración económica significa caída de ventas. Pero también se crean oportunidades.
El arancel de 25 % para autos y acero hará que exportadores acumulen inventarios que los fuerce a vender con descuento en otros países. Ecuador importaría más carros de México y acero de Brasil y China.
Al Ecuador, Trump le aplica un arancel general del 10 %, lo cual ha agitado a muchos y preocupado a todos. Nuestras exportaciones serán más caras en 10 % en el mercado estadounidense, pero el punto es que no se encarecen en relación a la competencia. EE. UU. no produce banano, y a todos los países bananeros le aplica arancel del 10 %, excepto México. Pero México es un exportador marginal. Ecuador debe poder defender su mercado.
Al mayor exportador de cacao del mundo y a los EE. UU., Costa de Marfil, le aplica un arancel de 21 %. Por lo que Ghana y Ecuador, segundo y tercer exportador del mundo, respectivamente, y empatados en segundo lugar de ventas a EE. UU., pueden aumentar su participación en ese mercado.
Se favorece a los camaroneros estadounidenses en el golfo de México, pero su producción es marginal. El principal proveedor de EE. UU. es India, a quien Ecuador destronó recientemente como mayor exportador mundial. A la India le aplican 26 % de arancel, y a los otros tres competidores de Ecuador en el mercado estadounidense le clavan aranceles aún más elevados: Indonesia 32 %, Tailandia 36 % y Vietnam 46 %. Si se mantienen esos aranceles, y con Trump nunca se sabe, Ecuador podrá penetrar con fuerza al mercado estadounidense y convertirse en principal suministrador de camarón. Pero los asiáticos buscarán colocar su camarón en China y Europa quitándole mercado al Ecuador. Confiemos en la pericia de nuestros exportadores camaroneros para emerger triunfantes.
Para otros productos las cosas no están claras. Si el 10 % reemplaza o es adicional al arancel actual es tema importantísimo para rosas y brócoli, que hoy compiten con desventaja arancelaria con Colombia y México, respectivamente.
EE. UU. aplica mayores aranceles a países que exportan manufacturas. Lo cual sugiere que es preferible que Ecuador diversifique y tecnifique su exportación agroindustrial en lugar de diversificarse a manufacturas. Tema que queda para otra ocasión. Hay que permanecer atentos: es una política en evolución.
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