Más de 370 millones de niñas y jóvenes, lo que equivale a 1 de cada 8, han sido violadas o agredidas sexualmente antes de cumplir 18 años, según un informe divulgado por Unicef el 9 de octubre de 2024. La organización denuncia las “consecuencias devastadoras” que estas agresiones tienen en las víctimas y hace un llamado a una “acción urgente mundial” para combatir este delito.
El informe indica que si se consideran las formas de violencia sexual “sin contacto”, como los abusos verbales o en línea, el número de afectadas asciende a 650 millones, lo que representa 1 de cada 5 niñas y jóvenes. Las adolescentes entre 14 y 17 años son las más afectadas, aunque también se documentan casos de abusos contra niños.
Se estima que entre 240 y 310 millones de niños y hombres han sufrido violaciones o abusos sexuales durante su infancia, lo que equivale a aproximadamente 1 de cada 11. Catherine Russell, directora general de Unicef, señala que “la violencia sexual contra la infancia es una mancha en nuestra conciencia colectiva” y subraya que estos abusos infligen traumas profundos, a menudo causados por personas en las que los niños confían.
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Las cifras globales revelan que el mayor número de víctimas se encuentra en África Subsahariana, con 79 millones de afectadas, seguido de Asia Oriental y Suroriental (75 millones) y Asia Central y Meridional (73 millones). En Europa y América del Norte hay 68 millones de afectadas, mientras que América Latina y el Caribe reportan 45 millones. Las regiones de Norte de África y Asia Occidental tienen 29 millones, y Oceanía, 6 millones.
Unicef advierte que las niñas desplazadas por crisis políticas y de seguridad enfrentan un riesgo aún mayor, con una incidencia de violaciones y abusos sexuales que supera ligeramente 1 de cada 4. “Estamos asistiendo a horribles actos de violencia sexual en zonas de conflicto, donde la violación y la violencia de género se utilizan a menudo como armas de guerra”, agrega Russell.
Los estudios muestran que los menores que sufren violencia sexual son más propensos a experimentar abusos repetidos y a desarrollar problemas de salud mental, así como a tener dificultades para establecer relaciones saludables. La falta de divulgación de estos abusos solo agrava las consecuencias.
Unicef destaca la “urgente necesidad de intensificar la acción mundial” para combatir la violencia sexual contra la infancia, incluyendo cambios en las normas sociales y culturales, la educación de los menores para que reconozcan este tipo de violencia, y la garantía de acceso a servicios que promuevan justicia y sanación para las víctimas. Además, enfatiza la importancia de fortalecer el marco legal para proteger a los menores afectados.
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