Diego Torres Hadathy – Corresponsal en Estados Unidos
Credit Karma es uno de los portales más populares para averiguar si eres o no sujeto de crédito en Estados Unidos. El sugestivo nombre tiene que ver con la creencia de algunas religiones de la India, para las que el “karma” es la energía derivada de los actos de un individuo durante su vida. Pues bien, la vida en este país depende de lo que hagas con tu crédito.
El historial crediticio es una especie de examen que debes pasar cada mes y que te dirá a ti y a todos los demás cuanto dinero tienes, cómo lo manejas, si tus deudas superan tu capacidad de pago y si puedes o no acceder a una operación comercial como comprar un auto, hacer un préstamo, tener una cuenta bancaria o una tarjeta de crédito.
Por un lado ese historial evita que las personas contraigan más deudas de las que pueden pagar. Por ejemplo, la apertura de una tarjeta de crédito inicia con una tarjeta asegurada, es decir, el cliente deposita 300 dólares y solamente podrá consumir esa cantidad durante 4 o 6 meses y luego el banco -si así considera- aumentará el cupo. Luego de algunos meses, cuando la institución financiera se asegura de la capacidad económica del cliente, devuelve los 300 dólares y el plástico opera con un cupo asignado.
Pero es fundamental mantener una buena calificación de crédito. El puntaje comienza en 300 que significa que el historial es pobre y sube hasta 850 puntos, con los cuales los bancos y empresas consideran que el cliente es excepcional. Llegar de una cifra a la otra puede tomar varios años de un desempeño económico casi impecable.
Las recomendaciones son no consumir más del 30 por ciento del cupo asignado en cada tarjeta de crédito, pagar el mínimo o el total de la deuda al menos dos días antes de la fecha tope (el atraso cuesta 35 dólares), mantener al menos 500 dólares permanentes en la cuenta para evitar el cobro del mantenimiento de la misma y no aplicar a las ofertas de tarjetas de crédito porque el historial se ve afectado en caso de una respuesta negativa.
Es muy difícil para los recién llegados -que ahora son cientos de miles- ingresar al sistema financiero, que muestra una hostilidad similar a su solidez. Ante esa pared, muchos prefieren manejar solamente dinero en efectivo y dejar la plata en la billetera o en la casa, con lo cual también evitan el pago de impuestos. Para los formales el crédito es intocable, casi como la mamá. (DTH)
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