Ana Karina Zambrano, directora del Centro de Investigación Genética y Genómica de la Universidad UTE, destacó los peligros del uso no regulado de fármacos como la semaglutida y liraglutida, diseñados originalmente para tratar la diabetes tipo 2, pero que ahora están siendo utilizados indiscriminadamente para la pérdida de peso.
Según Zambrano, estos medicamentos, que son agonistas de receptores de GLP-1, ayudan a regular la insulina y la saciedad en el organismo, siendo eficaces en el tratamiento de la obesidad cuando están bajo supervisión médica.
Sin embargo, advirtió que su uso sin control puede tener efectos secundarios graves, incluyendo hipoglucemia, náuseas, vómitos y, en casos extremos, depresión y riesgo de suicidio.
“En personas que no siguen un tratamiento médico adecuado, los efectos pueden ser severos”, señaló Zambrano, refiriéndose a un estudio reciente que vincula el uso de estos fármacos con problemas psicológicos.
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La especialista hizo un llamado a la ciudadanía para no adquirir estos medicamentos en redes sociales o sin prescripción médica, ya que su venta descontrolada está afectando a personas que realmente necesitan el tratamiento para diabetes.
Asimismo, resaltó la importancia de llevar un estilo de vida saludable, ya que “únicamente con el uso del medicamento no se asegura una pérdida de peso deseada”.
Finalmente, Zambrano y la ARCSA coincidieron en que el uso de semaglutida y liraglutida debe restringirse a pacientes con diabetes tipo 2 y obesidad, instando a no utilizarlos con fines estéticos debido al riesgo que esto conlleva para la salud pública.
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