El Banco Central estima que la economía creció apenas 1,6 % en el primer trimestre de 2024 en relación al primero de 2023. La realidad es aún más dura. El consumo de hogares cuantifica cómo los hogares sintieron el trimestre: cayó en -0,6 % en relación al mismo trimestre de 2023. El futuro de la economía lo da la inversión, porque significa contratar personal, comprar suministros: es menor en -1,0 %. Nuestro entusiasmo por conservar la naturaleza nos lleva a obstaculizar la inversión que implique movimiento de tierras.
La inversión ha sido el tema de varias de mis columnas más recientes: hay que levantar las trabas que la impiden.
El comercio está en el centro de la actividad económica: todas las actividades requieren comprar o vender: se incrementa levemente, 0,5 %. Los empleos en la industria son muy cotizados por nivel de sueldo y estabilidad: la alimentaria produjo menos, -4,0 %, que en el mismo trimestre anterior, y la distinta a los alimentos se redujo -1,8 %. Esa gran fuente de empleo, la construcción, cayó -3,1 %. Si restamos los impuestos y la producción petrolera el resto de la economía creció solo 0,8 %.
Lo que más contribuyó al crecimiento del PIB fueron los impuestos sobre los productos, 8,9 %. La producción petrolera creció 4,3 %. Pero no es que al petróleo le va bien, sino que la producción petrolera cayó en el primer trimestre de 2023 por problemas de los oleoductos, causados por la erosión de la ribera del río Coca, el mismo fenómeno que afecta a la central Coca Codo Sinclair, y frente a esa caída, este primer trimestre fue menos malo.
No hay un estimado para el segundo trimestre, pero las cifras de ventas insinúan que la situación no fue mucho mejor. Y no va a mejorar si no se toman medidas correctivas. La urgencia es hoy el problema fiscal. Pero si no incrementamos el ingreso de divisas, la solución a la crisis fiscal será extraer más dinero de los ciudadanos y empresas para pagar a proveedores, en particular los externos, y eso va a empobrecer a la ciudadanía: Estado rico, pueblo enfermo.
El factor más dinámico en cuanto el ingreso de divisas son las remesas de migrantes, el lado positivo de la tragedia de nuestros compatriotas que dejan su país para trabajar como ilegales y así mantener a sus familiares que dejaron atrás. Pero esto no es suficiente. Lo que genera tanto divisas como ingresos fiscales es la producción petrolera, pero el electorado se dejó llevar por la engañosa consulta popular y estamos abocados a cerrar los campos petroleros del bloque ITT, lo cual nos va a sumir en mayor recesión. Hemos calificado esa decisión como suicidio asistido.
Otra posibilidad es la inversión extranjera en grandes obras. Estaba en marcha un proceso para atraer inversión en la construcción de una unidad de alta conversión junto a la refinería de Esmeraldas para procesar el residuo de la refinería y convertirlo gasolina y diésel de norma internacional. El proceso se inició en 2019 y se acaba de declarar desierto el concurso, por fallas en su formulación. No es posible que seamos tan inoperantes.
Hay soluciones y no son complicadas. La exportación agrícola y pesquera, la minería y el turismo tiene gran potencial de crecimiento. Lo que no hay es una clase dirigente que se deje de mezquindades y tome el toro por los cuernos.
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