En el circo electoral que recién se inicia, si el presidente Noboa quiere ser elegido le corresponderá pasar pruebas en tres pistas distintas, como en el famoso Ringling Bros.

En la primera pista Noboa será domador de la bestia salvaje que es el crimen organizado. La declaratoria de conflicto armado interno le valió gran respaldo popular y ver a las Fuerzas Armadas en la calle nos llenó de optimismo.

Según la ministra Palencia, las muertes violentas se han reducido 28 % durante este Gobierno, lo cual es una tendencia esperanzadora. Pero se conoció que Durán desplazó a Colima (Jalisco) como la ciudad más violenta del mundo. El martes pasado mataron ahí a seis que celebraban un cumpleaños y se sospecha que los perpetradores fueron Latin King, banda que en su momento lideró Ronny Aleaga, quien a base de esos méritos pasó a ser asambleísta correísta.

El general retirado Luis Lara, ministro de Defensa de Guillermo Lasso, sentencia que la declaratoria de conflicto armado interno es una estrategia de marketing, que bajo este Gobierno no hay planificación, que ningún capo de las bandas ha sido apresado y que la violencia recrudece.

Tanto Palencia como Lara defienden la gestión de su gobierno respectivo. Para la primera vuelta de febrero sabremos quién tiene la razón.

En la segunda pista Noboa será prestidigitador, sacando de la nada centrales eléctricas, terminales para importar gas y tendidos de líneas de transmisión. Y sería mágico, puesto que aún no está en marcha una acción coordinada para solucionar el problema eléctrico. El avance es puntual: superar las diferencias con la contratista rusa para lograr que Toachi-Pilatón entre a generar en enero, o reparar las vetustas centrales térmicas de Guayaquil. Lo central será un reglamento que elimine las trabas a la inversión privada para que empresas y hogares busquen sus soluciones propias y dejen de demandar electricidad al sistema.

Es incierto el éxito de este acto de prestidigitación ante la hostilidad o quemeimportismo de mandos medios que ven a las empresas privadas como invasoras a su monopolio. Sería mortal para Noboa que regresen los apagones a fines de este año, en plena campaña presidencial.

En la tercera pista Noboa será malabarista, balanceando el agudo problema fiscal y la reactivación económica sin que se le caiga ninguna. Según estadísticas del Fondo Monetario, Ecuador tiene el mayor gasto público de Hispanoamérica en relación con el tamaño de la economía, con 39,7 %. Casi todo es gasto corriente, no queda plata para invertir. Los defensores del gasto público dicen que no hay dónde reducir, ni cómo frenar el crecimiento del gasto. A la vez clausuramos campos petroleros y reducimos la renta petrolera.

En la medida que Noboa reduzca subsidios y eleve impuestos y contribuciones a ciudadanos y empresas para atender el pago de la burocracia y el servicio de la deuda, la economía continuará deprimida. La solución es dejar de trabar la inversión privada, pero los proyectos privados toman tiempo en concretarse.

Si para febrero la economía sigue parada habrá voto en contra del Gobierno.

Domador, prestidigitador y malabarista, en todos estos oficios deberá destacar Noboa para llegar a la presidencia. La ciudadanía está expectante.