Seúl, Corea del Sur…

Abr 12, 2024

Hace algunos años visité casi todos los principales paises del Asia y esta vez, luego de la Marathón de Tokio y de turistear en Kioto e Hiroshima, desde ahí, en un vuelo de hora y media estuvimos en Seúl, Corea del Sur, país con el que antes me había relacionado, porque una de mis empresas desde 1992 a 1997 introdujo exitosamente en Manabí la entonces poco conocida marca de automotores Hyundai; de ella, luego se derivó la ahora bien acreditada marca KIA, la que hace unos 7 años, cuando lanzó al mercado su innovadora tecnología de combustión “hibrida”, confiando en ella, adquirí un auto NIRO híbrido en su primera versión; luego, desde hace un par de años uso su modelo actual, que es un “up grade” del anterior, que nos da a los usuarios una magnífica relación costo-beneficio en todo sentido.

A más de estas exitosas marcas de automotores, la industria coreana ofrece al mundo varias excelentes marcas de electrodomésticos y de otras tecnologías, que proviniendo de ese pequeño país llaman soberanamente la atención, y más si recordamos la pésima vecindad que tienen con el país homónimo, Corea del Norte, mismo que está gobernado por un fanático y peligroso lider que ha hecho que entre las dos Coreas se repitan las abismales diferencias de todo tipo que vivieron las dos Alemanias hasta antes de la caida del muro de Berlín.

Por la llamativa verticalidad de las construcciones, comprobé que aquí hacen falta metros cuadrados de suelo para construir, por ello la “invasión” del espacio con la proliferación de altos edificios, lo que me impresionó en la ruta por casi una hora desde el aeropuerto hasta la misma capital Seúl, inmensa y hermosa ciudad llena de atractivos y seguridad, trasmitidas por las buenas costumbres y esmerado orden, educación y cortesía de los sudcoreanos hacia los visitantes en todos los lugares, no solo turísticos, sino incluso en los de su diario vivir, como mercados, paseos y templos.

En los tres días de permanencia comprobé lo que había apreciado el par de anteriores veces que en nuestro Manabí traté a ejecutivos sudcoreanos, que enamorados de nuestra tierra por su ubicación geográfica y muchas otras ventajas, planifican invertir en ésta nuestra tierra en diversas obras agrupadas en un “hub” logístico que aproveche lo que ya poseemos y lo nuevo que ellos implementarán.

Nos llamó poderosamente la atención la cantidad de los platos que componen su alimentación, en la que destacan el uso de vegetales y proteinas en variada presentación de pequeñas porciones. Destaco también su apego a las tradiciones e historia de sus pueblos, lo que se aprecia en los varios templos y ceremonias que realizan para deleite de los numerosos turistas que reciben.

De lo descrito, resultaron insuficientes los tres días de nuestra permanencia, por lo que recomiendo a quienes lo visiten planificar mucho más tiempo de permanencia que permita conocer y disfrutar no solo Seúl sino también el resto de este pequeño y tan productivo país.



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