El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), con datos hasta el 31 de octubre de 2024, refleja una preocupante situación en el mercado laboral ecuatoriano. En medio de apagones y una crisis económica creciente, los trabajadores enfrentan una reducción de horas laborales y bajos ingresos, que no alcanzan a cubrir el salario básico.

Los ecuatorianos ahora trabajan en promedio 35 horas semanales, una disminución frente a las 37 horas registradas previamente. Las mujeres, por su parte, promedian 30 horas semanales, también por debajo del promedio anterior de 31 horas. Esto significa que tanto hombres como mujeres no logran cumplir las 40 horas legales de trabajo semanal.

Salarios insuficientes
El informe también revela que el 50% de los trabajadores, tanto en empleos formales como informales, ganan menos de $392 mensuales, una cifra que está lejos del Salario Básico Unificado (SBU) de $460. En números, esto representa a más de 4 millones de ecuatorianos que no logran alcanzar un ingreso que les permita cubrir sus necesidades básicas.

Altos índices de informalidad y desempleo
En total, 5,5 millones de personas en Ecuador se encuentran en la informalidad o desempleo, dejando a solo el 30% de la Población Económicamente Activa (PEA), alrededor de 2,9 millones de personas, con un empleo formal y estable.

El sector rural es particularmente vulnerable: solo el 18% de los trabajadores rurales tienen un empleo formal con ingresos de al menos $460 mensuales. Esto significa que el 82% vive en condiciones de informalidad o desempleo, evidenciando una disparidad económica alarmante.

Perspectivas sombrías
Los apagones eléctricos, que han agravado la crisis, ya están afectando la productividad y el empleo, especialmente en los sectores comercial e industrial. Sin embargo, los mayores impactos económicos podrían hacerse sentir en diciembre, mientras muchas empresas aún no formalizan los despidos que ya han ejecutado.

Los datos reflejan una realidad preocupante, en la que las soluciones propuestas hasta ahora parecen ser insuficientes frente a los retos estructurales que enfrenta el país.