Los países, las instituciones, las empresas y los ciudadanos estamos todos comprometidos con los procesos de cambio hacia energías limpias, como mecanismo de sostenibilidad frente a las amenazas del cambio climático.

En este ámbito, la minería, tanto metálica como no metálica, juega un rol primordial y en la misma el cobre o Dr. Cobre, como se lo conoce, de acuerdo con su uso, avanza o está directamente relacionado con el progreso o receso de la economía mundial. Este metal conocido y trabajado por el hombre desde hace más de 10.000 años y empleado en orfebrería, armas, construcción y en la fabricación de monedas, en la actualidad juega un papel fundamental gracias a sus características de conductividad, aleación y reciclabilidad en los procesos de la revolución verde, a más de ser un elemento integral de nuestra vida cotidiana, con uso en energía, transporte, construcción, electrónica y más.

Se utilizan más de 18 millones de toneladas en la construcción y otros usos actualmente, y se estima un volumen un poco mayor para el 2050, 5 millones en sector de redes eléctricas y esto se multiplicará por 5 para el 2050; en el sector, transporte es menos de 2 millones para transporte y movilidad eléctrica que se multiplicara por 11 veces para el 2050 y finalmente el sector de energía renovable eólica, solar y baterías que utiliza menos de 1 millón y se multiplicará por 3.5 veces para el 2050. Esto incrementa el consumo de 23 a cerca de 60 millones de toneladas anuales para mediados de siglo.

¿A qué viene esto? Que se necesita casi triplicar la actual producción para permitir la transición energética y ambiental. El Ecuador está en una posición privilegiada para aprovechar de esta oportunidad, ya que cobre existe en prácticamente toda la serranía del país y es una oportunidad única de traer inversión, desarrollo tecnológico, creación de empleos calificados y formales, bienestar, emprendimientos en la cadena de valor elevando los ingresos en todas las zonas mineras del país. Solo hay que ver la mejora sustancial de ingreso en el cantón El Pangui del sur oriente a poco tiempo de haberse iniciado proyectos industriales de minería.

En un resumen sucinto podemos indicar que, para motores eléctricos que incluyen rodamientos, magnetismo permanente y corriente alterna, se necesita acero, aluminio, cobre y tierras raras. Para almacenar energía se necesitan, en los distintos tipos de baterías, litio, níquel, cobalto, grafito, vanadio, manganeso, cobre, hierro y aluminio. En gestión de combustibles, conducción y distribución: oro para misión crítica del contacto eléctrico porque es inerte y no se oxida, ensucia o corroe; aluminio cobre y plata para los sistemas de transmisión y en el caso de plantas nucleares que técnicamente no son energía renovable, pero si sostenible, limpia y segura, se utiliza acero y uranio.

Todos estos componentes son debidamente complementados por el zinc, que es el cuarto metal más utilizado el mundo, como material para galvanizar, aleaciones para fortalecer, dar durabilidad y resistencia a la corrosión, como ánodo de sacrificio en obras de infraestructura, construcción, movilidad, entre otros, a más de resguardo a la salud humana y animal. En la transición a energías limpias, este metal está siendo considerado en baterías zinc – aire para almacenar energía, además, como es reciclable, es parte de la economía circular. Si tiene oportunidad puede visitar EXPOMINAS en el Centro de Convenciones Bicentenario gratuitamente para familiarizarse con esta industria.