No cabe duda que la IA tiene el efecto de transformar positivamente el esfuerzo industrial, académico y científico. Para ello hay una exigencia de inversión en infraestructura informática de alto rendimiento que permita potenciar la inteligencia artificial general, así como identificar las nuevas habilidades requeridas tanto en la industria como el mundo académico para los avances de investigación basados en el aprovechamiento de la IA y como esta puede ser integrada en beneficio de la sociedad en general.

Mientras que para los políticos y el común de los ciudadanos encuentran un riesgo latente que la IA supone para la humanidad, también es la misma preocupación que se tenía al inicio de la revolución industrial con el invento de la máquina de vapor, los trenes y luego los vehículos motorizados en reemplazo de los coches tirados por animales y caballo; también la introducción de la robótica en las líneas de ensamblaje a fines del siglo pasado. Siempre ha existido la preocupación por lo desconocido y por los cambios; en este caso por el muy acelerado poder de transformación que se está dando en el siglo XXI desde la introducción del smartphone, el IOT y ahora complementado por la tecnología múltiple de IA con los avances en las tecnologías de los chips.

Una de las actividades más importantes es el manejo de grandes bancos de data heterogénea recogida por sensores avanzados como son los telescopios, satélites u otros, donde las técnicas basadas en IA pueden identificar patrones de otra manera difícilmente reconocibles. Esto permite a los investigadores profundizar los estudios de los distintos escenarios con mayor precisión y eficacia, especialmente en desafíos sociales y ambientales como ejemplo.

Estos desafíos y soluciones tienen que ser analizados con base en la integridad de los procesos de investigación, las habilidades y la interdisciplinariedad, acompañados de innovación y de principios éticos de las mismas a fin de mantener encarrilados estos avances académicos y la transformación industrial hacía un beneficio de la humanidad.

Este tipo de aprovechamiento de la IA en todas las actividades del quehacer humano sirven para acelerar en todos los campos: e-STEAM, a más de robótica, informática, ciencia de materiales, medicina, química, redes neuronales artificiales, aprendizaje profundo, procesamiento de lenguaje natural, reconocimiento de imágenes entre muchos otros. Tanto la industria, así como la academia, debe tener cuidado en que la información sea genuina, cuidando de la calidad de la misma, así como de los riesgos de qué puedan ocurrir por una generación artificial de datos que los contaminen y lleven a conclusiones equívocas.

La Royal Society del Reino Unido en el área de programas futuros matemáticos en un proyecto de investigación sobre el empleo de la inteligencia artificial en ciencia, tecnología, ingeniería y medicina, consultó con más de 100 expertos en el campo de la IA determinó que la China, Estados Unidos, Japón, Reino Unido y Corea del Sur dominan el número de patentes presentados en sus territorios en esta actividad que están tanto a nivel industrial como académico. También indica que “la adopción de principios de ciencia abierta y las prácticas podrían ayudar a abordar estos desafíos y mejorar la integridad científica; la colaboración interdisciplinaria es esencial para cerrar las brechas de habilidades y optimizar los beneficios de la IA en la investigación científica”, compartiendo conocimientos y habilidades en cada uno de los campos entre la IA expertos, incluidos en las artes, así como humanidades y ciencias sociales mediante colaboración interdisciplinaria. Una de las ventajas es el apoyo para la traducción multilingüe de artículos académicos, dando más acceso a los interesados.