Pienso que todo lo bueno que el Homo Sapiens ha logrado en su existencia se lo debe a la “buena fe” que puso en sus propósitos para subsistir él y sus congéneres, siendo eso todo lo diáfano y constructivo que creó; lo que a la postre consta en los diversos escritos de toda índole a los que acudimos para enrumbar correctamente los días que vivimos. Me refiero principalmente a casi todas las Constituciones y Leyes que las distintas naciones han escrito para normar sus actos.
Actualmente en nuestro Ecuador vivimos en un régimen democrático donde los poderes del Estado son totalmente independientes. El Judicial no es la excepción y maneja todo lo referente a la Justicia, siendo en sus más altos tribunales, donde se han juzgado los actos de autoridades acusadas de latrocinios de la cosa pública. Lamentablemente aquí existen altos mandarios y autoridades a quienes repetidamente la Justicia ha sancionado con penas de prisión y recuperación de los dineros malhabidos, luego de juicios públicos donde se demostraron sus culpas.
Con este pequeño introito me refiero al exvicepresidente Jorge Glas quien al momento es una “piedra en el zapato” para este país, y de quien me atrevo a creer que su repetida mala conducta obedece a su genética, dado que su padre fue sentenciado por violar y embarazar a una menor de edad; también, su fallecido tío y sentenciado cómplice, Ricardo Rivera, quien a las empresas de este “Contador de Historias” le hurtó una frecuencia radial, cuyas antenas aquí en Manabí las instaló el equipo del que era parte su sobrino, el entonces joven Jorge Glas. Ésto, antes de que los celulares hagan obsoleto ese servicio. De su genética, algo parecido puede decirse del expresidente Rafael Correa; su padre fue “mula” y presidiario en USA por su narco delincuencial conducta y terminó suicidándose.
Con esas taras ellos gobernaron este país, ya que con la “buena fe” de las mayorías, los elegimos; pero ellos con la “mala fe” de sus actos delictivos, que los ha sancionado la Justicia instaurada por ellos mismos en la Constitución que también ellos promovieron, han causado la actual crisis internacional, y más con la acumulación de actos de total “mala fe” de su coideario presidente de México, quien refugió al doblemente sentenciado Glas; aprobado luego por otros mandatarios afines a sus fracasadas ideas y conducta. Por lo expuesto, la decisión del Presidente Noboa de capturar al fugitivo, antes de que huya, como ya lo hizo desde la embajada argentina la también sentenciada señora Duarte, fue un acto de “buena fe” para los principios y Justicia de Ecuador.
El orden de los sucesos sindica la complicidad de las autoridades mexicanas y exculpa la valiente decisión de nuestro presidente Noboa de capturar al delincuente en su guarida que era la embajada de la hermana república de México. Todo lo demás es cuento y enredo de quienes actúan con la “mala fe” de sus actos y conciencia. No hay más.
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