La audiencia de juicio contra cinco de los presuntos sicarios involucrados en el asesinato de Fernando Villavicencio, excandidato presidencial, continuó este martes 25 de junio de 2024. La diligencia se llevó a cabo en el Complejo Judicial del Norte de Quito.

Ana Hidalgo, agente fiscal a cargo del caso, inició la audiencia con el alegato de apertura, en el cual relató los hechos ocurridos el 9 de agosto de 2023, cuando Villavicencio fue asesinado alrededor de las 18:00. Inicialmente, 13 personas fueron procesadas por el asesinato, pero en octubre de 2023, siete de los involucrados fueron asesinados en el Complejo Penitenciario del Guayas. Otro de los implicados fue beneficiado con un sobreseimiento, dejando a cinco investigados en el proceso: Carlos A., alias “Invisible”; Laura C., alias “La Flaca”; Érick R., Víctor F., y Alexandra Ch.

Según la teoría expuesta por la fiscal Hidalgo, Carlos L., alias “Invisible”, dio la orden para cometer el crimen desde la Cárcel de Cotopaxi. Laura C. habría estado a cargo de la logística y la entrega de dinero, armas, vehículos, motocicletas y ropa para los autores materiales del crimen. Ambos son señalados como miembros de la banda “Los Lobos” y son acusados de ser autor mediato y coautora del crimen, respectivamente. Los otros tres procesados son acusados de cómplices.

Pruebas de la Fiscalía

Como parte de la prueba de la Fiscalía, la perito Daysi Toaquiza presentó la grabación del testimonio anticipado de José Patricio A. M., quien habría formado parte de la planificación inicial del crimen de Villavicencio y ahora es testigo protegido. El testigo afirmó que uno de los involucrados le confirmó que la cabeza de Villavicencio “valía USD 200.000 y la mandó a hacer el Gobierno de Correa”.

En el segundo día de audiencia, la Fiscalía llamó como testigos a dos miembros de la Policía Nacional, Álex M. P. y Roberto G. P., y al militar Andrés S. J. Álex M. P., parte del equipo antiexplosivos, intervino en la detonación de una granada abandonada en el lugar del crimen y en un allanamiento en el que se encontraron varias granadas de fragmentación. Roberto G. P. generó la cadena de custodia de un dispositivo móvil recogido en la calle, que pertenecía a un sospechoso que huyó hacia una de las avenidas cercanas al sitio del atentado. Andrés S. J. ayudó a aprehender al presunto cómplice.