En una rueda de prensa en Londres, Stella Assange, esposa de Julian Assange, emitió una seria advertencia sobre la salud de su esposo antes de enfrentar el último tramo de su proceso de extradición a Estados Unidos la próxima semana. Julian Assange, de 52 años, enfrenta 18 cargos de espionaje e intrusión informática relacionados con las revelaciones de WikiLeaks.
«Si Julian es extraditado a Estados Unidos, morirá», declaró la abogada de 40 años a EFE, acompañada por Kristinn Hrafnsson, el actual director de WikiLeaks, y Rebecca Vincent, representante de Reporteros sin Fronteras (RSF).
Stella Assange, visiblemente preocupada, expresó que la salud de su esposo, tanto física como mental, está en declive. Advirtió que su vida corre peligro cada día que permanece en prisión, y la posibilidad de su extradición aumenta el riesgo de un desenlace fatal.
La extradición de Assange fue aprobada por el Reino Unido en 2022, pero los abogados de Assange buscarán anular esta decisión en el Tribunal Superior de Londres la próxima semana.
En enero de 2021, un juez dictaminó en contra de la extradición, citando riesgos para la salud mental de Assange y la posibilidad de suicidio en una prisión de máxima seguridad. Sin embargo, esta decisión fue revocada por el Tribunal Supremo después de una apelación de las autoridades estadounidenses, quienes ofrecieron garantías sobre su tratamiento.
Stella Assange anunció que, en caso de que falle su intento de impugnar la extradición en la próxima vista en Londres, solicitará una medida cautelar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
WikiLeaks, bajo la dirección de Assange, ganó notoriedad en 2010 al publicar cientos de miles de archivos clasificados y cables diplomáticos. Los fiscales estadounidenses argumentan que estas filtraciones pusieron en peligro la vida de agentes, mientras que los partidarios de Assange sostienen que su exposición reveló irregularidades cometidas por Estados Unidos.
Julian Assange, quien pasó siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, fue arrestado en 2019 y desde entonces está recluido en una prisión de máxima seguridad en Londres mientras se decide su caso de extradición.
