Decenas de migrantes ecuatorianos vivieron una experiencia cercana a la muerte el pasado fin de semana al ser emboscados por bandas paramilitares de coyoteros en la zona fronteriza con Estados Unidos. Las bandas, enfrascadas en una lucha por el control de la región, exigieron fuertes sumas de dinero para permitir el paso de los migrantes.
William Murillo, presidente de «1800 Migrante», una organización dedicada a brindar ayuda a latinoamericanos que buscan llegar a territorio estadounidense, compartió la impactante historia en el programa «Del Día a la Noche» con Carlos Vera. Según Murillo, como resultado del ataque, tres personas perdieron la vida: un niño ecuatoriano, una mujer peruana y otra hondureña. Los sobrevivientes emprendieron una huida desesperada, ya que el objetivo de los atacantes era acabar con sus vidas.
Este atentado, perpetrado con fusiles, tuvo lugar cerca de Caborca, una localidad en el estado de Sonora, fronterizo con Estados Unidos. Los migrantes se desplazaban en seis vehículos, que fueron brutalmente atacados por los delincuentes. Además de las tres víctimas mortales, varios más resultaron heridos de gravedad.
A pesar de que más de 40 ecuatorianos se vieron afectados, la Cancillería aún no ha establecido contacto con ellos ni les ha proporcionado ayuda de ningún tipo, según informó Murillo durante la entrevista.
