José Raúl Mulino, de 65 años, ha asumido la Presidencia de Panamá para el período 2024-2029 en una ceremonia celebrada en la capital panameña ante la presencia de jefes de Estado y de Gobierno. Mulino ganó las elecciones del pasado 5 de mayo con más del 34% de los votos.
La nueva presidenta de la Asamblea Nacional, la diputada Dana Castañeda, fue quien impuso la banda presidencial a Mulino. Entre los presentes se encontraban el rey de España, Felipe VI, y los presidentes Gustavo Petro de Colombia, Rodrigo Chaves de Costa Rica, Xiomara Castro de Honduras y Luis Abinader de República Dominicana, entre otros destacados líderes.
Mulino juró cumplir y hacer cumplir la ley y la Constitución, un juramento que realizó visiblemente emocionado junto a su esposa y primera dama, Maricel Cohen de Mulino.
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A pesar de su sólida victoria presidencial, las elecciones parlamentarias mostraron un panorama más fragmentado. El partido RM, fundado por Martinelli tras perder el control de su formación original, Cambio Democrático (CD), logró aliarse con partidos tradicionales para obtener la dirección del Parlamento.
El partido de Gobierno, con 13 escaños de los 71, consiguió con el apoyo de otras fuerzas políticas la presidencia, la segunda vicepresidencia y la secretaría general del Parlamento, mientras que la primera vicepresidencia fue para el Centro Democrático.
Mulino ha reconocido la emergencia de fuerzas independientes y la diversidad en la Asamblea, y ha comenzado a reunirse con todas las bancadas en un intento por consensuar medidas para enfrentar la crisis y mitigar posibles tensiones sociales.
Tras asumir el cargo, Mulino anunció que Panamá dejará de ser un país de tránsito para migrantes irregulares que atraviesan la selva del Darién desde Colombia hacia Estados Unidos.
«Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales. No permitiré complicidades locales. A nuestras fuerzas de seguridad les pido aplicar la ley con estricto respeto a los derechos humanos y en defensa de los intereses de nuestra patria», afirmó Mulino.
El presidente también ha propuesto un plan de repatriación masiva de migrantes irregulares y ha solicitado a Estados Unidos un acuerdo de cooperación para financiar estas acciones.
Durante este año, más de 195,000 migrantes han cruzado la selva del Darién, principalmente venezolanos, mientras que en 2023 la cifra superó los 520,000, según datos oficiales. Se estima que en 2024 podrían llegar hasta 800,000 personas, una situación que preocupa a nivel internacional.
«No permitiré que Panamá continúe siendo una ruta abierta para miles de personas que entran ilegalmente, apoyadas por redes internacionales vinculadas al narcotráfico y al tráfico de personas. Ese dinero, producto de la desgracia humana, es mal habido», aseguró Mulino.
El presidente enfatizó que Panamá no puede seguir financiando el costo económico y social que genera la inmigración ilegal, con la consiguiente implicación de organizaciones criminales internacionales que afectan la seguridad territorial y marítima del país.
