El ministro de Exteriores de Israel, Israel Katz, decidió llamar a consultas a la embajadora israelí en España, Rodica Radian-Gordon, y convocó a la embajadora española, Ana Solomon, en el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí.

Esta medida se produce en respuesta al anuncio de España de que reconocerá oficialmente a Palestina el 28 de mayo.

La acción de Katz se enmarca en una serie de tensiones diplomáticas entre Israel y España, exacerbadas por la decisión española, que Israel interpreta como un gesto de apoyo a Hamás, al que considera una organización terrorista.

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Katz ha calificado esta decisión como un «premio de oro a Hamás», subrayando su desaprobación y señalando el impacto negativo que, a su juicio, tendrá en las relaciones bilaterales y en la situación política de la región.

El reconocimiento de Palestina por parte de España se alinea con una postura que varios países europeos han ido adoptando progresivamente en apoyo a la solución de dos estados en el conflicto israelí-palestino.

Sin embargo, Israel ve esta medida como contraproducente y como un obstáculo para las negociaciones de paz directas entre Israel y Palestina.