Lunes, 29 Mayo 2023
Cuáles son las estrategias más sencillas para prevenir el deterioro cognitivo

Cuáles son las estrategias más sencillas para prevenir el deterioro cognitivo Destacado

 

El aumento en la expectativa de vida que se evidencia a lo largo y ancho del planeta se ha convertido en una verdadera revolución de la longevidad. Sin embargo, existen patologías que se relacionan con la edad, como son aquellas que afectan las funciones cognitivas, tales como la demencia, el Alzheimer y el Parkinson. Y mientras la ciencia avanza hacia nuevos tratamientos ante estas enfermedades que aún no tienen cura, existen un gran número de acciones que se pueden aplicar para retrasar ese deterioro.

Ricardo Maiola, médico de planta del Programa de Parkinson y Movimientos anormales del Hospital de Clínicas, se refirió al respecto y aseguró: “El aumento de la expectativa de vida en los últimos 100 años estuvo de la mano de mejoras en los cuidados médicos (antibióticos, prevención en enfermedades cardiovasculares, detección precoz del cáncer), la nutrición, la educación y la prevención (vacunas, higiene de manos, y de alimentos, entre otros), aunque también de un aumento de la aparición de afecciones relacionadas al deterioro cognitivo, entre ellas la demencia”

“Es bien conocido que no tenemos terapias modificadoras para este tipo de enfermedades, pero hay un creciente énfasis para adoptar hábitos de vida que están asociados a una menor incidencia de la demencia”, agregó el experto.

En palabras del experto del Hospital de Clínicas, “la demencia es, por un lado, un grado de deterioro cognitivo que afecta a las actividades de la vida diaria, o sea que el paciente necesita asistencia en la vida de todos los días. Es decir, ambos tienen alteración de las funciones mentales superiores, sobre todo de la memoria”.

Al tiempo que indicó que “el deterioro cognitivo leve no afecta tanto las actividades de la vida diaria. En cambio, en la demencia el paciente es dependiente para realizar estas actividades, lo cual genera que no pueda vivir sólo”.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad de Alzheimer (EA) es la principal causa de demencia en el mundo (casi tres cuartas partes de los pacientes con demencia la tienen) y el porcentaje de muertes por EA aumentó casi un 90% entre el año 2000 y el 2015. Aunque se la posiciona como la responsable de la mayoría de estas patologías neurodegenerativas, no existen tratamientos que la prevengan ni tampoco que retrasen su aparición.

Demencia: factores de riesgo y edad
En ese aspecto, los expertos señalaron que existen factores de riesgo no modificables, como son la edad y la genética. Pero que hay otros que son modificables. Según Maiola, “en edades tempranas de la vida, el bajo nivel educacional puede ser un factor. Estudios demuestran que un alto nivel educativo (personas con escuela secundaria completa o más) se asocia a un bajo riesgo de demencia”.

“Los profesionales suelen usar un término denominado ‘Reserva Cognitiva’. Existen casos de pacientes fallecidos sin demencia que en el examen de los cerebros post-mortem se encontraron signos de EA, demostrando una mayor estructura neuronal, o una mejor utilización de las conexiones entre grupos neuronales, que no se tradujo en deterioro cognitivo”, agregó.

Asimismo, al analizar los factores de riesgo en “la edad media de la vida”, el experto apuntó hacia “el déficit auditivo, la hipertensión y la obesidad”.

A medida que una persona transita la vida, se suman otros aspectos que predisponen a enfermedades neurodegenerativas. “En la edad más avanzada, el hábito de fumar, la depresión, el aislamiento social, la inactividad física y la diabetes, sumados al consumo de alcohol, la dieta, varios medicamentos, déficit de vitaminas, las apneas de sueño (detención transitoria de la actividad respiratoria durante el sueño) e incluso una mala higiene dental, son factores de riesgo”, indicó el experto.

En tanto, al centrarse en el consumo de alcohol, Maiola afirmó que “impacta negativamente en el desarrollo cerebral. El consumo leve a moderado de alcohol se asoció a bajo riesgo de demencia, mientras que el consumo crónico de altas cantidades se asocia a cuadros neurológicos bien establecidos como el síndrome de Korsakoff, que es un trastorno expresado por desorientación, amnesia para hechos recientes”.

Al tiempo que buscó dar por tierra con un mito y sentenció: “Con respecto a las presuntas propiedades ‘protectoras’ del consumo de alcohol sobre las funciones cognitivas, un seguimiento de 30 años demostró que eso es falso”. Infobae.

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