El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, habló con el presidente Guillermo Lasso de Ecuador para expresar su preocupación por la situación política del país y ofrecer ayuda en la defensa de la institucionalidad democrática. El juicio político contra Lasso está siendo impulsado por el correísmo, un grupo de asambleístas con la misma línea que el mandatario brasileño. El resultado del enjuiciamiento determinará si Lasso permanece en el poder.
Durante la conversación telefónica, Lula da Silva también reiteró su invitación a Lasso para asistir a una reunión de jefes de Estado sudamericanos y a la cumbre amazónica que se llevará a cabo en Brasil los días 8 y 9 de agosto.
A pesar de las diferencias políticas, el presidente Lasso afirmó que comparten valores democráticos innegociables, como el respeto al orden constituido. El juicio político de Lasso depende en gran medida del presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, quien estima que el proceso se destrabará después de la elección de las autoridades del Legislativo.
La asambleísta Paola Cabezas del correísmo sugirió que el 15 de mayo podría ser la fecha tentativa para la comparecencia del presidente y los interpelantes. En un plazo máximo de tres días, se difundirá el informe a través de la Secretaría General, y después de 48 horas, el presidente de la Asamblea lo incorporará en el orden del día para el conocimiento del Pleno.
El presidente Lasso presentará sus alegatos de defensa en un plazo de tres horas después de que los interpelantes hayan expuesto las pruebas actuadas durante el proceso. Luego, cada parte podrá replicar por una hora como máximo.
El debate podría prolongarse por varios días, ya que los 137 asambleístas podrían intervenir por 10 minutos cada uno. Finalizado el debate, en un plazo de cinco días se convocará a la sesión del Pleno para que resuelva si se destituye a Lasso con base en las pruebas de cargo y descargo. Se necesitan 92 votos para destituir al presidente. Si no hay una moción de censura, la destitución se archiva.