Miércoles, 29 Noviembre 2023
El debate del déficit

El debate del déficit Destacado

 

Por Alberto Dahik Garzozi

Recientemente analistas serios han cuestionado las cifras del déficit fiscal. El ministro dice una cosa, los analistas dicen otra, y sostienen que el déficit será mayor.

Muchos me han preguntado quién tiene la razón. Mi respuesta es “la sinrazón”, porque este tema del déficit, que es ya consuetudinario, y que lo seguirá siendo y cada vez más creciente, se debe a la sinrazón de la sociedad, mucho más que a la gestión de los ministros o gobiernos.

Una sociedad que tiene en su ADN: “bájeme los impuestos, deme subsidios y haga más inversión” está sencillamente chiflada.

En el año 2015 este columnista escribió un libro que se tituló El petróleo detonante y no causante, en el cual se demostraba que el origen de la crisis que ya se veía venir en el Ecuador no era la caída del precio del petróleo, sino el gigantesco aumento del gasto público, el cual pasó de ser un 23 % del PIB a un 43 % entre el año 2007 y el año 2014. Ese salto, en escasos siete años, fue el más grande que país alguno dio en la América Latina, más que la Venezuela de Hugo Chávez, más que la Argentina de los Kirchner (Néstor y Cristina), o el Brasil de Lula da Silva. Pero no solamente que en esa oleada de invasión del socialismo siglo XXI nadie duplicó el gasto público, sino que además nadie llegó al 43 % de gasto respecto del PIB. Es decir, en ese período el Ecuador se transformó en el país con el gasto público más alto con relación al PIB del continente, y el que más rápido lo había hecho crecer.

Gran parte de ese brutal gasto son los perversos subsidios, que “la sinrazón” de la sociedad no los ha desmantelado.

El déficit está siendo ya inmanejable y los analistas lo han hecho notar correctamente, y como resultado de la iliquidez creciente del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), ese déficit en sinergia con la situación de caja del fondo de pensiones de la seguridad social, se está volviendo un cóctel explosivo, el cual con la mecha encendida de falta de financiamiento (tenemos cerrado el financiamiento externo) hace que ese déficit sea venenoso y mortal.

La receta de la Revolución Ciudadana sería simple: Si llegan, se toman la Reserva Monetaria, negocian con las telefónicas para sacar cash, entregan el campo Sacha, en condiciones seguramente más vergonzosas que los contratos entregados ya en el pasado que han sido terribles para el Ecuador, y con eso lograrían dar una sensación de alivio, gastando hasta las elecciones próximas. No se resolverán los problemas, y entonces para el 2025 la situación será infinitamente peor.

Si gana la otra opción, ojalá que desnude la verdad ante el país, y produzca la única receta que puede funcionar: Un acuerdo de la sociedad para resolver los problemas estructurales, que como en alguna ocasión anterior se explicó en esta columna, se están alineando los astros de tal manera que podemos llegar a situaciones económicas, políticas y sociales que pueden ser tan dolorosas como los episodios del año 1999.

Tenemos años de no crecer, años de estancamiento. Desperdiciamos la mejor oportunidad que se tuvo entre el 2007 y el 2014. Hoy no hay espacio para tontear.

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