El tópico del día es Topic. Todos hablamos de él, a favor o en contra, como si le conociéramos; es el outsider en esta campaña electoral. Un outsider es alguien que viene de fuera de la política, de lejos de los partidos y se presenta como el mago que puede resolver nuestros problemas, o al menos el mayor de ellos, nuestro miedo.

Tenemos miedo de fuerzas ocultas, poderosas y crueles que nos amenazan y ponen en peligro a la familia, a los niños, a los inocentes. Despreciamos a los políticos, ya hemos probado con políticos de izquierda, de derecha y populistas; bien podríamos probar con aventureros, locos o con un robot, si se presenta.

Topic aparece como un rambo, experto en seguridad. Se venderá como un Bukele, capaz de derrotar y humillar a los malos y convertirse en el presidente más popular. Es un desconocido fácil de hacerse conocer. Los adversarios ya iniciaron esa tarea hablando de sus problemas familiares, de oscuras conexiones y su condición de mercenario.

Los outsiders encandilan a los medios y a los electores. Llegan con facilidad al poder. Sin embargo, no es lo mismo ganar una elección que gobernar un país. Basta ver lo que ocurre en el vecindario. En Colombia, Perú y Chile los electores rechazaron a los partidos tradicionales, partidos mejores que los nuestros, y pusieron en la presidencia un guerrillero jubilado, un sombrero luminoso y un líder estudiantil. Castillo está en la cárcel, Boric ha fracasado y Petro patalea en el poder.

En el vértigo de nuestra política, polarizada entre correísmo y anticorreísmo, puede ocurrir que el correísmo se consolide, que el outsider despegue y que remueva el tablero. Cuando eso ocurra nos preguntaremos con pavor: ¿Es anticorreísta el outsider?

Si el tropel de candidatos, que se sienten predestinados, son incapaces de una pizca de humildad y generosidad para ofrecernos una candidatura de unidad, pueden sorprendernos y sorprenderse con el descubrimiento de que era falso el dilema correísmo o outsider.