Por Melvyn O. Herrera
Pero como dice el sabio refrán “Mas vale tarde que nunca”. Es que algunos que sufragamos por G. Lasso hace un par de años, de alguna forma liderados por el primer ministro manabita del MTOP que el ahora prófugo ex presidente nombro en su primer gabinete, quien con su célebre puñetazo en la Constituyente de Montecristi mostró su disconformidad contra el régimen de la década perdida, nosotros de alguna forma hicimos llegar a quien elegimos presidente constitucional de Ecuador, nuestra inquietud de que había que prontamente cambiar el actual ordenamiento legal impuesto por el correato a su conveniencia. Entonces ya intuíamos todo lo que hemos vivido este par de años. Lamentablemente nada se ha hecho a este respecto.
Sucediendo que luego del éxito de la vacunación en 100 días cuando nos curamos del Covid-19 y que hizo subir la popularidad de G. Lasso a más de un 70%, eso alertó a las fuerzas del mal atrincheradas en la nefasta asamblea -con minúsculas- donde pocos legisladores se libran del repudio ciudadano, para que empiecen a invertir en campañas mediáticas incesantes los dineros sucios que poseen, a más de fortalecer un descarado boicot legislativo al gobierno central y a sus propuestas.
Sin ser perfecto, pero si experimentado en temas económicos, luego de vencer a la pandemia, G. Lasso puso la casa en orden logrando credibilidad internacional, fortalecimiento de la dolarización y equilibrio presupuestario, para reactivar el aparato socio-económico afectado por los latrocinios previos del correato y la pandemia; como así sucedió, pese al malhadado accionar de los obedientes a la increíble y extraña unión entre el fugitivo expresidente y el ex alcalde de Guayaquil junto a un extremista dirigente indígena, quienes juntos por 4 veces han intentado derrocar al Lasso, hasta con un paro de 18 días con muertos y pérdidas millonarias, hechos criminales que en la asamblea fueron amnistiados. ¿Cómo se le puede pedir buenos resultados a un Ejecutivo asolado por la corrupción parlamentaria que contagió hasta al poder judicial?
Por ello, la aplicación de este recurso constitucional que la mayoría de ciudadanos aplaudimos ha sido tardía pero muy necesaria para recomponer en algo la destrucción en todo sentido que pese al esfuerzo de G. Lasso, han ocasionado a la patria los grupos que buscan captar todos los poderes que ostentaron, para lograr la impunidad de sus latrocinios, en los que por vagancia y/o complicidad judicial no se han logrado aún, por lo menos, las recuperaciones monetarias sentenciadas.
En todo caso, como “Nunca es tarde”, estamos viviendo un recurso constitucional creado por el correato, en el que todo Ecuador tiene la oportunidad de corregir las malas experiencias, para luego de pocos meses elegir a quienes consideremos han luchado contra las mafias políticas causantes del actual descalabro, y de que hoy seamos considerados el narco-Estado que hace rato vaticinaron los prohombres Gustavo Noboa B. y Pancho Huerta.