Por Melvyn O. Herrera
Como en 2007 viajé a ese país acompañado del nicaragüense Ernesto Ortega (+) primo de los gobernantes Ortega, residente en Portoviejo, casado con dama manabita y presidente de Zona Franca Manabí S. A.-ZOFRAMA, conocí el entorno familiar de ellos y telefónicamente charlamos con el talento financiero en esa nación, Humberto Ortega, quien ahora está proscrito por su hermano Daniel; hoy un dictador.
Convencido de lo que presencié en Nicaragua y elegido que fui director del Comité de Zonas Francas de las Américas, moví cielos y tierra en Carondelet para fortalecer ZOFRAMA sita en Montecristi, misma que mentalicé, fundé y gerenciaba, con la que intentábamos “oxigenar” el natural puerto marítimo de Manabí y desde aquí, de seguro, nuestro Ecuador del alma; igual que sucedió en China comunista y otros países, erradicando la pobreza que se nutre del desempleo.
Por esos tiempos fui invitado por la manabita y colega editorialista Carol Murillo R., ya funcionaria de “El Telégrafo”, para que mis notas también las escriba en ese medio; para ello acudí a una innecesaria larga sesión de fotografías de este sencillo servidor en la ya llamada “Ciudad Alfaro”, presenciando el inicio de la inflación burocrática y publicitaria del gobierno. Escribí y envié al citado medio mi artículo “Alfaro, el empresario” mismo que nunca fue publicado; pienso que no gustó que destaque el empresario que también fue Alfaro; consta en Pag. 180 de mi libro “Inspiraciones” y lo reproduciré aquí la próxima semana.
Todo lo bueno visto en Nicaragua poco a poco fue esfumándose al comprobar la falta de “voluntad política” en todo lo que favorecía a Manabí y que yo planteaba a los asistentes de R. Correa. Coincidió esto con que abandonó Manta la mayor operadora marítima del mundo, Hutchison; lo hizo al percatarse que el gobierno no iba a construir las desarrolladoras autopistas de Manta a Guayaquil y también a Quevedo; lo que me confió su gerente días antes del hecho.
Mi insistencia al gobierno que aplique en nuestra zona franca, como en Nicaragua, el “hambre cero”, trajo que desde el poder central se le colocara a ZOFRAMA una cáscara de plátano para clausurarla; felizmente un “pajarito” que no compartía tal maldad me anticipó del plan que consistía en la prisión de este contador de historias, para con el correspondiente despliegue publicitario clausurar la empresa. El imaginario túnel aduanero que ellos planearon nunca existió, sino en la empresa guayaquileña que como usuaria se prestó para la componenda, lo que se demostró exhaustivamente, logrando un fallo judicial favorable a nosotros.
Lo paradójico es que el modelo que Nicaragua exhibió en 2007, hoy superó en todo negativo aspecto a lo que un gobierno debe ser para sus habitantes. Son noticias diarias los abusos y represiones de todo tipo que hasta el papa Francisco -por fin- se pronunció contra el supuesto gobierno izquierdista y revolucionario de Daniel Ortega y su esposa vicepresidente, calificándolo a él de desequilibrado mental. Por ello es que -por mis convicciones y experiencias como en este caso de Nicaragua- trasmito en mis notas a los generosos lectores lo que he vivido, para que nos prevengamos contra los engaños de quienes fungen de revolucionarios y socialistas, pero que realmente son verdaderos “ángeles del mal” en todos los sentidos.