Viernes, 22 Septiembre 2023
Es usted (y no el pobre político)

Es usted (y no el pobre político) Destacado

 

Sí, por suerte, los ciudadanos somos perfectos. Aportamos con ideas, respetamos las normas, pagamos los impuestos y, sobre todo, votamos bien. Desgraciadamente, nuestros votos (perfectos como nosotros), sufren una especie de transformación y, cuando caen dentro de la urna, resulta que han sabido ser a favor de unos políticos tontos, perezosos y, sobre todo, corruptos. Malos ellos.

Obviamente todo lo anterior es falso. Somos nosotros, los votantes, los que elegimos a los que nos gobiernan. Y somos nosotros los que marcamos las líneas generales de sus gobiernos. ¿Por qué cree usted que nuestros gobernantas nunca buscarán explícitamente destruir la dolarización? Pues muy sencillo, porque las preferencias de los ecuatorianos favorecen claramente ese sistema.

Hace muchas lunas, cuando Rafael Correa era ministro de finanzas (2005), él promovió la destrucción de los fondos de ahorro del gobierno y la devolución de los fondos de reserva del IESS. Ambas políticas debilitaban las perspectivas de ahorro y la estabilidad macroeconómica de largo plazo. Pero eso no importaba, a los votantes les encantó y él ganó varias elecciones consecutivas, alguna con más del 80% de los votos.

Si eso ocurrió, es porque los votantes ecuatorianos priorizan el corto plazo frente al ahorro. Eso es lo que les encanta. Y por eso, por el amor de los votantes por los políticos botarates, es que el riesgo país del Ecuador es tan alto. Porque la probabilidad de que "los votantes" elijan un gobierno populista en los próximos 8 años es altísima, al igual que la probabilidad de que en ese lapso volvamos a entrar en moratoria de nuestra deuda pública.

A veces parece que "los votantes" son la cara malvada de "los ciudadanos". Mientras los segundos son puros y perfectos, los primeros son malvados y miopes. Casi como el Doctor Jekyll y Mister Hyde. El problema es que son la misma persona: usted (y yo).

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