Viernes, 22 Septiembre 2023
En Navidad también cabe la política

En Navidad también cabe la política Destacado

 

La derecha dice que la izquierda mata la libertad de expresión, ahuyenta la inversión extranjera, persigue a la empresa privada, convierte al Estado en un monstruo todopoderoso que reduce la libertad individual, que alienta la corrupción y arruina la economía con un gasto público desaforado y con impuestos abusivos.

La izquierda dice que la derecha enriquece a los ricos y empobrece a los pobres, que reduce el tamaño del Estado y reduce sus capacidades, que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas, que favorece al capital en desmedro del trabajo, que criminaliza la lucha social y renuncia a la soberanía en beneficio de la globalización.

La mitad de los ciudadanos cree en la izquierda y la otra mitad en la derecha o rechazan ambos bandos. En cualquier caso, resulta absurdo que los políticos no quieran encontrarse en un campo intermedio que sea aceptable para todos.

La historia nos muestra que extremos como el comunismo o el fascismo han provocado más daños que beneficios y que fracasaron estrepitosamente. Los partidos intermedios han tenido buenos resultados, pero no han sido permanentes. La lucha electoral tiende a concebir el éxito político como la eliminación del contrincante.

El espíritu de Navidad invita a pensar en la solidaridad, en el otro; no solo el cercano sino el diferente y hasta el adversario. Por ello la Navidad es época de paz y alegría. En Navidad cabe también la política si somos capaces de pensar que el otro es el diferente en política; si el de izquierda es capaz de pensar que el de derecha es el otro al que hay que aceptar y el de derecha hace lo mismo con el de izquierda.

La historia nos muestra que la lucha política puede llegar hasta la guerra civil, hasta matarse unos a otros. Ecuador necesita pensar en la reconciliación nacional para encontrarnos lejos de los extremos. Cabe imaginar un territorio común que se aleje de los vicios que la izquierda adjudica a la derecha y los que la derecha adjudica a la izquierda.

Valora este artículo
(0 votos)