La Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas (UNODC) advierte que, en América Latina, el narcotráfico y la violencia relacionada con el crimen organizado no son los únicos desafíos que la región debe afrontar. También señala la corrupción, el tráfico de armas, la trata de personas y el preocupante crecimiento en el consumo de drogas ilícitas como problemas graves.
La estructura del narcotráfico es mucho más compleja que en épocas anteriores, y existen conflictos de intereses entre organizaciones criminales que generan múltiples hechos de violencia en la región. Para contenerlos, la UNODC destaca la importancia de trabajar conjuntamente entre organismos internacionales y países.
La corrupción facilita todo tipo de criminalidad y para que estas estructuras criminales funcionen, estos grupos aprovechan la corrupción para lavar el dinero del narcotráfico.
La UNODC trabaja con muchas autoridades diferentes, y en países donde no se trabaja con proyectos específicos, se apoyan mecanismos de evaluación, implementación y convenciones.
En 2021 se registró un aumento significativo en las hectáreas de producción en los países que cultivan cocaína, especialmente en Colombia, seguido por Perú y Bolivia.
El flujo de cocaína va principalmente hacia América del Norte y Europa, y pasa por África para entrar a Europa, lo que tiene consecuencias graves en los países de África Occidental que no tienen suficiente capacidad para enfrentar este problema, lo que lleva a un aumento en la violencia, el consumo problemático de drogas y la trata de personas.