La Hora ha publicado un reportaje que analiza los meses de incertidumbre que se avecinan para Ecuador y cómo esto puede generar un impacto negativo en la economía del país. La economía se sustenta en la confianza y la certidumbre, elementos fundamentales para la inversión y la generación de empleo. Sin embargo, con la convocatoria de elecciones anticipadas y el período de transición de año y medio que se avecina, se instaura un escenario de incertidumbre y desconfianza en Ecuador.
Según un informe reciente de Moody's Investors Service's, una entidad financiera estadounidense, la muerte cruzada, es decir, la sucesión de elecciones anticipadas, marca el comienzo de un período de "gran incertidumbre" tanto política como económica.
En primer lugar, Moody's destaca que el desenlace de las elecciones anticipadas no está claro, ya que es la primera vez que se produce esta situación en Ecuador. Además, la baja aprobación de toda la clase política nacional profundiza la incertidumbre.
Esta situación lleva a una parálisis de la agenda económica, a pesar de que el gobierno de Guillermo Lasso puede emitir decretos ley de emergencia económica hasta la elección de un nuevo presidente. Sin embargo, la vigencia de estos decretos no solo depende de la aprobación de la Corte Constitucional, sino que también pueden ser modificados o derogados por la próxima Asamblea Nacional, que se elegirá durante la primera vuelta electoral el 20 de agosto de 2023. Esto implica que las reglas establecidas durante el período previo a las elecciones anticipadas pueden quedar sin efecto en poco tiempo.
Como resultado, las grandes decisiones económicas e inversiones se posponen, lo que afecta directamente a la economía y retrasa obras y proyectos.
Una vez superada la etapa de parálisis hasta las elecciones anticipadas, la situación no necesariamente mejorará, ya que el próximo presidente, con un horizonte de apenas año y medio de gobierno, estará incentivado a llevar a cabo una campaña permanente. El objetivo será posicionarse como el candidato favorito para optar por un periodo presidencial completo en 2025.
En este contexto, los mercados e inversores internacionales temen que el nuevo mandatario se embarque en un aumento descontrolado del gasto público y un mayor endeudamiento a altas tasas de interés. Esta combinación puede generar popularidad a corto plazo, pero problemas económicos y sociales a mediano plazo.
El economista y consultor internacional Roberto Domínguez señala que el malgasto público es uno de los principales factores que ahuyentan la inversión, ya que los desequilibrios generados se traducen en cambios abruptos en las reglas del juego, lo que implica más obstáculos y costos para emprender y producir.
En conclusión, el periodo previo a las elecciones anticipadas en Ecuador plantea un escenario de incertidumbre económica que podría tener consecuencias negativas a largo plazo. La falta de certidumbre y la posibilidad de cambios abruptos en las políticas públicas y económicas generan preocupación entre los inversionistas y los mercados internacionales, quienes ven en estas circunstancias una amenaza para la estabilidad y el crecimiento económico del país. A medida que Ecuador se adentra en esta etapa de incertidumbre, es crucial que se tomen medidas adecuadas para fomentar la confianza, garantizar la continuidad de las políticas económicas sólidas y evitar decisiones impulsivas que puedan tener repercusiones negativas a largo plazo. La estabilidad y la certidumbre son fundamentales para impulsar la inversión, promover el empleo y fortalecer la economía en beneficio de todos los ecuatorianos.