La seguridad en el país se ha convertido en una de las principales preocupaciones del gobierno y la población. Recientemente, el Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe) declaró al terrorismo como una amenaza para la nación, lo que llevó a la Policía a anunciar el fortalecimiento de sus unidades tácticas, de investigación e inteligencia, así como de su equipamiento. Como parte de este plan de fortalecimiento, el ministro del Interior, Juan Zapata, anunció que 14 millones de municiones para armas cortas y fusiles de largo alcance llegarán al país en los próximos días.
Sin embargo, hay quienes critican esta estrategia del gobierno y aseguran que se está partiendo de un supuesto erróneo. Para Luis Córdova, experto en seguridad, el Ejecutivo ha permitido un deterioro de la seguridad en el país “precisamente para aclimatar los ánimos y habilitar la decisión de ir enfrentar a los terroristas”. Según él, las autoridades están trabajando en un escenario de supuestos, creyendo que las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y el sistema Judicial “no están contaminados por el crimen organizado”.
Esta situación ha generado un gran debate en la sociedad sobre la estrategia a seguir para combatir la delincuencia y el terrorismo. Mientras algunos apoyan la idea de fortalecer la seguridad y equipar a las fuerzas armadas y policiales, otros señalan que es necesario abordar las causas estructurales de la violencia y la inseguridad en el país. En cualquier caso, lo que está claro es que el problema de la seguridad no es fácil de resolver y requiere de un enfoque integral y sostenido en el tiempo.