El viceministro de Gobierno, Esteban Torres, minimizó las protestas contra la eliminación parcial del subsidio a las gasolinas Extra y Ecopaís del 2 de julio de 2024, señalando que estas manifestaciones fueron relativamente pequeñas, describiéndolas como una quema de ocho llantas encabezada por la Unión Nacional de Educadores (UNE) y el Frente Unitario de Trabajadores (FUT).
Torres sugirió que la intención detrás de estas acciones era provocar una respuesta violenta del Gobierno para fortalecer la marcha planificada para el 4 de julio. A pesar de la convocatoria del FUT y sus organizaciones afiliadas, como la UNE y CEOSL, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) se mantuvo ambigua sobre su participación.
Aunque movilizó a sus sectores hacia la Asamblea para presentar un proyecto sobre consulta previa para proyectos extractivos y solicitar fiscalización del acuerdo con el FMI, su presidente, Leonidas Iza, indicó que las bases indígenas decidirán en una próxima asamblea las acciones a seguir.
Conaie no ha convocado a movilizaciones en Quito, asegura vicepresidenta
El viceministro también destacó que el sector de los transportistas no ha respaldado las movilizaciones y continúan las mesas de trabajo con el Gobierno para abordar compensaciones tras el incremento en el precio de los combustibles. Torres mencionó que estos grupos han sido históricamente protagonistas de protestas disruptivas.
En cuanto al posible escenario futuro, la catedrática universitaria Caroline Ávila considera que es prematuro prever manifestaciones significativas como las de 2019 o 2022 debido a la percepción de que el Gobierno actual es transitorio.
Ávila sugiere que los actores políticos podrían optar por complicar la gobernabilidad en lugar de exigir la reversión del decreto sobre subsidios, y algunos podrían ver en el presidente Noboa una oportunidad para debilitarlo con miras a las elecciones de 2025.
