La crisis económica se hace sentir en los mercados, especialmente durante esta temporada de fanesca. Según informes recientes, los productos que más han subido de precio en comparación con el año pasado son los granos, generando una disminución en las ventas y preocupación entre los comerciantes.

En el Mercado Central, los vendedores como Catalina Rojas y Tomasa Yucailla relatan que las ventas de pescado y granos han disminuido en comparación con el año anterior, a pesar de sus esfuerzos por ofrecer precios accesibles. Rojas, quien vende bacalao a USD 8 la libra, comenta que solo en los últimos días ha notado un ligero aumento en las ventas, esperando una mejora en los próximos días.

En el Mercado Iñaquito, doña Jenny Gordillo señala que, aunque los precios se mantienen similares al año pasado, la demanda ha sido baja, reflejando una aparente escasez de dinero entre los compradores.

Nancy Cofre, quien vende granos en el mercado del norte de Quito, destaca el significativo aumento de precios este año. Por ejemplo, menciona que el saco de arveja pasó de USD 35 a USD 65, mientras que el fréjol subió de USD 30 a USD 50. A pesar de ello, las ventas han mejorado, pero Cofre advierte que el próximo aumento del IVA, programado para el 1 de abril, podría provocar más incrementos en los precios.

En cuanto a la fanesca, un plato típico de Semana Santa, los vendedores enfrentan desafíos similares. A pesar de mantener precios estables, como menciona Elena Usha, quien oferta la fanesca desde USD 5 en el Mercado Central, las ventas han estado bajas debido al aumento en los costos de los productos para su preparación.

En contraste, en el Mercado Iñaquito, las ventas de platos de fanesca han sido mejores que el año pasado, según informa don Diego Caza, quien ofrece el plato por USD 6. Sin embargo, para María Andrade, vendedora de postres, el aumento de precios en los productos ha sido inevitable, aunque ha mantenido sus precios estables.

El impacto del alza en los precios de los granos y el pescado se siente en los hogares ecuatorianos, especialmente en esta temporada tradicional. A medida que los comerciantes se adaptan a los desafíos económicos, los consumidores buscan opciones para celebrar las festividades de Semana Santa sin comprometer su presupuesto.