En Ecuador, 50.000 personas con autismo aún no han sido diagnosticadas

Abr 2, 2024

Hoy conmemoramos el Día de la Concienciación sobre el Autismo. El autismo es una condición que uno de cada 115 personas vive en el mundo.

Quienes tienen autismo, pueden llevar una vida muy parecida a la nuestra. Por el contrario, los que convivimos con estas personas debemos entender en qué áreas debemos ser más comprensivos y sensibles.

Las personas con autismo perciben la realidad de diversas formas y poseen hipersensibilidad en muchas situaciones. Esta hipersensibilidad no es entendida por la sociedad.

Quienes tienen autismo poseen una diferente forma de entender los hechos en tiempo y espacio, así como otras formas de comunicarse y expresarse.

Por el contrario, “esta condición es vista como un problema social”, asegura Vladimir Andocilla, Presidente de la Asociación de Padres y Amigos para el Apoyo y la Defensa de los Derechos de las Personas con Autismo del Ecuador (Adapa).

En Ecuador, la cifra de personas con autismo no se ha sincerado. Según Andocilla, el total de personas que viven sin diagnóstico y bajo esta condición ha duplicado e incluso superado el número oficial de diagnósticos.

Hay 46.000 personas diagnosticadas con autismo en todo el país, según datos del Ministerio de Salud Pública de Ecuador y 50.000 personas que viven sin un diagnóstico, así lo asegura el Presidente de Adapa.

El representante también desmiente que existan diferencias entre Autismo y Asperger. Para Andocilla, ya no se debería hablar de Asperger pues son la misma condición.

Las familias de quienes viven con autismo tienen un mismo punto de vista cuando se habla de los derechos y oportunidades para este grupo: aún falta mucho por aprender sobre esta condición.

En Ecuador, la Ley de Discapacidades fue un gran punto de partida para que ocurrieran avances en normativa de inclusión en el ámbito laboral y educativo. Sin embargo, hay mucho por mejorar.

Uno de los aspectos más importantes es lograr una educación más inclusiva, con profesores, ambientes adecuados y funcionarios especializados en el área. Esto requiere una gran inversión de recursos del Estado, una tarea que está pendiente desde que se empezó a hablar de autismo.

Y no solo eso, aún estamos atrasados como sociedad para convivir con este grupo. Necesitamos aprender, entender y asumir que no todos vemos, pensamos y palpamos la realidad de la misma forma.



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