A pesar de que la Ley para enfrentar el Conflicto Armado Interno, la Crisis Social y Económica ya está publicada en el Registro Oficial, se ha confirmado que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) experimentará un incremento a partir del 1 de abril de 2024.
La ley, que fue aprobada en la Asamblea Nacional con un allanamiento tácito, establece que el IVA se fijará en un 13% de manera permanente. Además, otorga al presidente Daniel Noboa la facultad de aumentarlo en dos puntos adicionales, hasta el 15%, de forma temporal, siempre que cuente con un informe técnico respaldado por el Ministerio de Finanzas.
Este aumento del impuesto repercutirá en 208 productos de la canasta básica familiar, incluyendo combustibles como el diésel, la gasolina ecológica o ecopaís, y las gasolinas de alto y bajo octanaje. Por ejemplo, con el IVA al 15%, se estima que los precios de la gasolina extra y ecopaís aumentarán en 6 centavos por galón, mientras que el diésel subirá 4 centavos y la gasolina súper tendrá un incremento de 10 centavos.
Según el consultor geopolítico energético Nelson Baldeón, este aumento del IVA en los combustibles tendrá un impacto en la cadena de producción, lo que se traducirá en un alza generalizada de precios en la canasta básica.
En contraste, el ingeniero Ivo Rosero, presidente de la Cámara de Distribuidores Derivados de Petróleo, considera que el aumento del impuesto no afectará significativamente la demanda de combustibles, sugiriendo que el impacto será marginal en el sector.
Sin embargo, para personas como Roberto, un taxista de la Cooperativa San Juan, el incremento del IVA representa un golpe a su economía. Siendo un usuario frecuente de combustible, Roberto verá aumentar sus gastos mensuales en aproximadamente USD 2.34, lo que se traduce en una pérdida significativa a lo largo del año.
El aumento del IVA en los combustibles plantea desafíos económicos y sociales importantes, destacando la necesidad de políticas fiscales que equilibren las necesidades del Estado con el bienestar de los ciudadanos.
