Emiten alerta por tormenta solar geomagnética: ¿cómo afectará a la Tierra?

May 10, 2024


La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE. UU. ha emitido una alerta de tormenta geomagnética severa (G4), la segunda clasificación más alta de peligrosidad. Es la primera advertencia de este tipo desde enero de 2005. Según los expertos, cinco eyecciones de masa coronal (CME) están dirigidas hacia la Tierra, con impacto previsto para el mediodía del 10 de mayo y efectos que podrían durar hasta el domingo. La NOAA describe este evento como inusual.

Las eyecciones de masa coronal, que consisten en explosiones de plasma y campos magnéticos provenientes de la corona solar, generan tormentas solares que pueden ser peligrosas para la vida en la Tierra. No obstante, nuestro planeta está protegido por un campo magnético que desvía las partículas energéticas provenientes del espacio.

Desde el 8 de mayo, los científicos han identificado múltiples erupciones solares y eyecciones de masa coronal, vinculadas a manchas solares de un tamaño 16 veces mayor al diámetro de la Tierra. El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA ha registrado seis erupciones importantes desde el fin de semana pasado, clasificadas en las categorías X1, X2 y X3, generalmente de intensidad moderada.

El campo magnético del Sol cambia cada 11 años, provocando que los polos intercambien posiciones y que la actividad solar aumente durante el proceso. En el ciclo solar actual, que comenzó en diciembre de 2019, ya se han observado tres tormentas geomagnéticas severas. La más reciente, de categoría G4, ocurrió el 23 de marzo de 2024.

El impacto de una tormenta geomagnética severa puede afectar gravemente los sistemas de comunicaciones a nivel mundial, generando interferencia electromagnética, sobrecargas eléctricas y alteración de la ionosfera. Los sistemas de navegación, radio, satélites y telecomunicaciones podrían verse interrumpidos. Sin embargo, este tipo de fenómenos también puede propiciar auroras boreales impresionantes, visibles en regiones inusuales como Alabama y California, según la NOAA.

El Evento Carrington de 1859 sigue siendo el ejemplo más extremo de una tormenta solar, provocando una caída de 14 horas en la red telegráfica de Europa y EE. UU. Las estaciones de comunicaciones se incendiaron, mientras que las auroras boreales se vieron en lugares tan lejanos como Cuba y México.

Además, la sonda Parker de la NASA ha capturado por primera vez una imagen de turbulencias solares conocidas como «inestabilidades Kelvin-Helmholtz», una especie de perturbación en el viento solar.



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