El lago fantasma que reapareció en el Valle de la Muerte, uno de los lugares más secos de la Tierra

Feb 24, 2024

Tras unas lluvias récord, los amantes del remo acuden en masa al Valle de la Muerte en California, Estados Unidos, para disfrutar de una oportunidad única.

El 19 de febrero, antes del amanecer, Patrick Donnelly fue a la cuenca de Badwater, en el Parque Nacional del Valle de la Muerte de California, para tomar unas fotos.

Siendo el punto más bajo de Norteamérica, la cuenca es normalmente una extensión surrealista de salinas resecas que se extienden hasta donde alcanza la vista.

Pero ese día, lo que Donnelly vio al acercarse le dejó sin aliento.

“Me dije a mí mismo: ‘Dios mío, esto es increíble'”, contó Donnelly, director de la Gran Cuenca para el Centro para la Diversidad Biológica.

“El Valle de la Muerte es el lugar más caluroso y seco de Norteamérica y, de repente, tiene literalmente miles de millones de litros de agua. Se ha transformado por completo”.

Los orígenes del lago

La cuenca de Badwater, situada en el fondo del Valle de la Muerte, es el vestigio de un antiguo lago que existió hace decenas de miles de años.

Por lo general, solo llueve una media de 5,08 cm al año. Pero en los últimos seis meses, el fondo del valle ha recibido casi 12,7 cm.

Según el Servicio de Parques Nacionales, la mayor parte de esa lluvia se debió a dos fenómenos: 5,59 cm el 20 de agosto y otros 3,81 cm durante los “ríos atmosféricos” que han empapado recientemente gran parte de California.

La lluvia suele evaporarse muy rápidamente en el Valle de la Muerte, pero los miles de millones de litros de agua de los que Donnelly fue testigo son ahora un lago de casi 10 kilómetros de largo por cinco de ancho, conocido como lago Manly.

Una impresionante serie de imágenes satelitales captadas por la NASA, que contrastan la cuenca desértica antes y después de las recientes lluvias, muestran una masa de agua azul rodeada de kilómetros de áridas y estériles montañas y dunas desérticas.

Con las constantes lluvias que empapan la zona, el lago ha crecido hasta tener 30 centímetros de profundidad, lo que significa que hay agua suficiente para practicar una actividad que suena curiosamente fuera de lugar en el famoso paisaje reseco del Valle de la Muerte: kayak.

“El otro día, nada más llegar, dimos media vuelta y volvimos al pueblo lo más rápido que pudimos para comprar kayaks inflables”, relató Donnelly.

El trayecto desde la cuenca de Badwater hasta la ciudad más cercana, Pahrump, en Nevada, es de 130 km.

Una vez allí, Donnelly compró un kayak inflable y condujo hasta el efímero lago Manly para pasar las siguientes horas disfrutando de la rara oportunidad de practicar kayak que acababa de surgir en medio del desierto.

“Estaba perfectamente despejado y quieto”, dijo Donnelly. “El sol brillaba en el agua. Era increíblemente hermoso”.

La reaparición del lago

El antiguo lago de la cuenca Badwater, ubicado a más de 85 metros debajo del nivel del mar, se evaporó hace decenas de miles de años, mucho antes de que llegaran en 1849 miles de buscadores de oro a California.

Tras la desaparición del lago prehistórico, el paisaje acumuló sedimentos y concentró depósitos de sal, lo que dio lugar al patrón único de la cuenca de polígonos geométricos de sal.

La última vez que la cuenca se llenó de una masa de agua tan permanente fue hace unas dos décadas, según Elyscia Letterman, guardabosques del Servicio de Parques Nacionales.

“Tenemos fotografías del lago de 2004 o 2005, cuando lo vimos de forma similar”, explicó.

Pero dos décadas es una larga espera para la reaparición de un lago extinguido en un paisaje abrasado, donde se sabe que las temperaturas alcanzan los 49 ºC a la sombra.

Los turistas no han perdido el tiempo y aprovechan al máximo este extraordinario acontecimiento.

Además de navegar en kayak, los visitantes han instalado sillas de playa y se ha visto a niños en bañador dándose un chapuzón en la nueva masa de agua.

¿Llegó para quedarse?

¿Cuánto durará toda esta actividad relacionada con el agua en el Valle de la Muerte? Por desgracia, se prevé que la experiencia sea efímera.

“Se está evaporando rápidamente”, dijo Letterman. “No estamos seguros de cuánto tiempo permanecerá, pero está desapareciendo”.

Es posible que la profundidad del lago sólo permita navegar en kayak durante unas pocas semanas más, añadió Letterman.

Pero incluso después de que el lago se vuelva demasiado poco profundo para navegar en kayak, es probable que al menos una pequeña cantidad de agua permanezca en la cuenca, lo suficiente como para seguir ofreciendo a los fotógrafos y visitantes algunas imágenes muy singulares al menos hasta abril.

“Es muy bonito, sobre todo al amanecer y al atardecer, cuando se ven los hermosos reflejos de las montañas que rodean el lago”, explicó Letterman.

“Hay nieve en las cimas de las montañas. Así que el reflejo de las montañas nevadas en el agua es muy bonito.

“No parece que estés en el Valle de la Muerte”, añadió.

En cuanto a Donnelly, tanto si son unos días como unas semanas, piensa aprovechar al máximo la presencia del lago en el Valle de la Muerte.

Tiene previsto volver allí esta semana y también durante el fin de semana.

“Es algo que quiero experimentar tanto como pueda”, afirmó. Después de todo, “es probable que sea algo único en la vida”.



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