El año 2023 ha marcado una transición significativa en Ecuador, según la analista política Stephanie Macías, quien destaca este periodo como un cambio generacional. La apertura de las puertas al presidente más joven de la historia del país (Daniel Noboa) representa, para ella, una lección política de gran relevancia.
Sin embargo, Macías también señala un electorado desgastado debido a la sucesión de múltiples procesos electorales. La saturación electoral ha dejado una huella en la participación ciudadana y plantea retos importantes para los comicios que aún están por venir.
En el ámbito de la seguridad, la analista lamenta que Ecuador ahora pueda asumir la etiqueta de «narcoestado». Este diagnóstico refleja la complejidad de los desafíos que el país enfrenta en términos de seguridad y narcotráfico.
Por otro lado, el analista político César Febres-Cordero manifestó que la implementación de la muerte cruzada por parte del presidente Guillermo Lasso llevó a una pacificación a nivel político, aunque también ha dejado al país inmerso en una serie de transiciones gubernamentales.
Mientras que cuestiona las formas de aplicar los pactos entre movimientos políticos y analiza las razones subyacentes del correísmo al acercarse al oficialismo en la actualidad.
También se refirió al caso Metástasis y la revelación de los chats de Leandro Norero. Y añadió que esto da pie a cuestionarse «si habrá una motivación política». A su criterio, es necesario buscar ayuda en el extranjero para combatir la inseguridad y destaca la urgencia de reestructurar las instituciones abandonadas que son fundamentales para abordar el principal problema del país.
En resumen, para ambos analistas, el 2023 se presentó como un año de transformaciones políticas y desafíos que requieren una atención cuidadosa y estratégica por parte de las autoridades ecuatorianas.
