Por Melvyn O. Herrera C.
En la noche del último domingo 04-02-24, escuché la palabra del título, una creativa ocurrencia de quien la pronunciaba; describiéndola como el resultado de unir dos palabras: Efectividad y Democracia. Se refería al avasallador triunfal resultado de más del 87 % con que fue reelegido Nayib Bukele para que presida El Salvador por otros 5 años, además de lograr que los salvadoreños elijan a 58 de sus afines, de los 60 legisladores que harán el nuevo y miniaturizado congreso de dicho país. ¡Fantástico!
El periodista narrador comentaba la razón de la nueva palabra, destacando la efectividad de la democracia que Bukele ha usado en ese país para convertirlo en un paraiso de seguridad y paz, luego de ser donde casi era imposible existir por el cúmulo de peligros de toda índole que sufrían sus pobladores; por ello él calificaba este hecho con la fusión/unión de las 2 citadas palabras, resaltando siempre la efectividad de las directrices de Bukele, que ajustadas al vivir democrático, han logrado los resultados que al mundo asombra.
Generosos lectores, ustedes coincidirán conmigo en que la perfección no existe; todo es perfectible, y esta vez me refiero a las críticas que instituciones y personas hacen del trabajo de Bukele, lo que es tolerable, pero las altas cifras de aprobación que los ciudadanos le dieron a su Presidente estan respondiendo a esos cuestionamientos y animan a que Bukele continúe con su efectividad, obviamente mejorando las complejas situaciones que se seguirán presentando en el vivir democrático, que por lo señalado, nada tiene de dictatorial, como le endilgan los políticos que fueron derrotados y son parte de las corruptas -por decir lo menos- organizaciones que por más de 40 años sometieron a El Salvador. Circunstancias bastante parecidas a lo que vivimos en nuestro Ecuador del alma.
En este nuevo lustro, Bukele seguramente emprenderá la reactivación socio-económica de sus compatriotas, ahora que más de 70 mil delincuentes están rigurosamente presos. Con la paz existente, la población ya está produciendo para educar a las siguientes generaciones, a lo que se unirán los beneficios del cuidado de la salud, entre otras prioridades. Es que la efectividad no es ni será llenar las cárceles con presos, sino que con la seguridad y paz lograda para el buen convivir, se imponen las acciones hacia el progreso.
Como resalté en una nota anterior, la Experiencia -con mayúscula- es la madre de todas las ciencias, y lo sufrido y largamente transitado por El Salvador, donde con la “Efecracia” de Bukele principalmente, casi se ha extinguido el corrupto anterior mundo político, ahora es para todos nosotros y para nuestros gobernantes -en el actual narco Estado que habitamos- una solvente pauta, que no es para obligatoriamente ser copiada, pero si es un inmenso gran ejemplo que todos debemos seguir. No hay mucho más que agregar. ¡A buenos entendedores, pocas palabras!
