Para Renato Rivera, director del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado, el Plan Fénix parece más una estrategia de comunicación política que una solución estructural para abordar la violencia en el país.
Recordó que durante la campaña, Daniel Noboa mencionó medidas como cárceles flotantes, megacárceles de máxima seguridad y modernización de las fuerzas de seguridad, pero poco se ha materializado hasta el momento. «Es un plan que se ha ido construyendo sobre la marcha y que no consiste en una política pública con objetivos estratégicos».
Cuestiona la existencia de un documento, ya que no se ha socializado, «parecería que es un plan que no existe». Mientras que manifestó que «toda política pública requiere tener objetivos, metas, acciones concretas y presupuesto asignado. Pero hasta ahora no se ha visto nada de eso».
Ante ello, advirtió que «las improvisaciones en seguridad se pagan con vida»s. Cuestionó la eficacia de la militarización en la seguridad, argumentando que se necesitan estrategias integrales que aborden problemas sociales como el desempleo y la educación.
