Algo llamativo acaba de ocurrir en el movimiento derechista que nutre de votos a Donald Trump en Estados Unidos: dos presidentes de América Latina se sumaron a su lista de estrellas internacionales.
Se trata del mandatario salvadoreño Nayib Bukele y del argentino Javier Milei, quienes participaron en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés) que concluyó el sábado en el estado de Maryland.
Con diferentes arengas y consejos, Bukele y Milei pronunciaron dos discursos aplaudidos en este influyente foro conservador, desde el mismo escenario donde Trump habló como protagonista indiscutido.
El expresidente estadounidense agradeció al inicio de su mensaje la presencia de Milei como “un gran honor” y llegó a abrazarse de forma efusiva con el libertario argentino entre bastidores el sábado.
“Hagamos grande a Argentina otra vez”, dijo Trump en ese saludo, adaptando el eslogan con el que llegó a la Casa Blanca en las elecciones de 2016 y busca hacerlo otra vez en las de noviembre.
“¡Viva la libertad, carajo!”, gritó Milei e hizo reír a Trump, como se observa en un video divulgado de ese encuentro a pocos kilómetros del Capitolio de EE.UU. que hace tres años fue invadido con violencia por seguidores del entonces presidente.
A la CPAC asistieron otros políticos extranjeros, como el líder del partido ultraderechista español Vox, Santiago Abascal, o la ex primera ministra británica Liz Truss.
Pero la presencia de dos jefes de Estado latinoamericanos fue singular para una conferencia de conservadores que parecían ver la región como un surtidor de problemas vinculados a la migración o las drogas, más que como una fuente de inspiración política.
Entonces, ¿cómo llegaron Bukele y Milei a convertirse en referentes del trumpismo?
Coincidencias
El presidente de la CPAC, Matt Schlapp, señala que la idea de invitar a Milei surgió al escucharlo en un evento de este tipo en México, en noviembre de 2022, y destacó su plan de recortar subsidios del Estado.
“Nos encanta la idea de tener una motosierra para representar que va a eliminar gastos”, le dice Schlapp a BBC Mundo en referencia a uno de los símbolos de la campaña del libertario argentino.
Si la agenda de Milei coincide con posiciones de los conservadores de EE.UU. en el plano económico, la polémica “mano dura” de Bukele contra el crimen parece encajar con la intención de Trump de colocar la seguridad como tema de campaña.
Bukele declaró la guerra a las pandillas y derribó las altas tasas de homicidios en El Salvador con una política de encarcelamientos masivos y un estado de excepción que, según sus críticos, provocó numerosas violaciones de derechos humanos.
Pero Schlapp descarta como algo “risible” los señalamientos de abusos.
“Lo que ha hecho Bukele en El Salvador es atacar al crimen y a los criminales. Y hay mucha gente que vive en nuestras mayores ciudades [de EE.UU.] que quisiera ver las calles más seguras”, compara.
Los expertos sostienen que la derecha estadounidense identificó algunos beneficios de invitar a Bukele y Milei a su gran encuentro anual.
“Para Trump y su base de apoyo conservadora, es una oportunidad de señalar que su estilo de gobierno de hombre fuerte es popular y está ganando impulso fuera de EE.UU.”, señala Erica Frantz, una profesora de Ciencia Política en la Universidad Estatal de Michigan que estudia este tipo de liderazgos.
“No creo que se trate de movilizar al electorado latino de EE.UU. en concreto, sino de un esfuerzo por señalar a toda la base conservadora de Trump que su retórica autocrática es ‘normal’ y que la política de hombre fuerte es la única forma de abordar los problemas de la sociedad”, le dice Frantz a BBC Mundo.
En cambio, para Bukele y Milei puede haber potenciales ventajas y riesgos por haber ido a este evento político, advierten analistas.
“Bautismo”
En su discurso del jueves ante la CPAC, pronunciado en inglés, Bukele buscó sintonizar con su audiencia al lanzar críticas a blancos comunes de la derecha, como las organizaciones no gubernamentales o el filántropo multimillonario George Soros.
Pero, como alguien acusado por críticos de erosionar la democracia en su país y concentrar el poder en sus manos, Bukele dejó además algunos consejos que pueden tener distintas interpretaciones.
“Dicen que el globalismo viene a morir a la CPAC. Estoy aquí para decirles que en El Salvador ya está muerto”, dijo y provocó una ovación de su audiencia en EE.UU.
“Pero si quieres que el globalismo muera aquí también, debes estar dispuesto a luchar sin disculpas contra todo y todos los que lo defienden”, agregó.
“El próximo presidente de EE.UU. no sólo debe ganar unas elecciones. Debe tener la visión, la voluntad y el coraje de hacer lo necesario. Y, sobre todo, debe ser capaz de identificar las fuerzas subyacentes que conspirarán contra él”, señaló.
Giancarlo Summa, un investigador en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París y cofundador del proyecto Mudral (Multilateralismo y Derecha Radical en América Latina), cree que ese discurso fue una suerte de “bautismo” político para Bukele, quien evitaba definirse como alguien de derecha.
“Él ahora eligió un lado; la derecha ya lo había elegido a él como ídolo”, le dice Summa a BBC Mundo.
A su juicio, la CPAC funciona para crear lazos de afinidad entre derechistas que tienen enemigos comunes y, al participar en ella, tanto Bukele como Milei apostaron por tener buenas relaciones con Trump en caso de que éste gane las elecciones en las que probablemente vuelva a enfrentarse al actual presidente de EE.UU., Joe Biden.
En la conferencia también participó el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro —hijo del expresidente, y aliado de Trump, Jair Bolsonaro—, que sostuvo que en su país hay abusos de la justicia en la causa que investiga un supuesto plan golpista para evitar que asumiera el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
Milei expresó simpatía por Trump desde su campaña del año pasado y, si bien su discurso del sábado ante la CPAC tuvo cierto tono académico sobre temas de mercado y Estado, también incluyó críticas a la clase política, los medios de comunicación y la “agenda asesina del aborto”.
“No dejen avanzar el socialismo, no avalen la regulación, no avalen la idea de los fallos de mercado, no permitan el avance de la agenda asesina y no se dejen llevar por los cantos de sirena de la justicia social”, dijo.
“Yo vengo de un país que compró todas esas ideas estúpidas y, de ser un país de los más ricos del mundo, está en el lugar 140”, continuó.
“Si no pelean por su libertad, los van a llevar a la miseria”.
Milei viajó a la CPAC tras reunirse el viernes en Buenos Aires con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, en momentos en que enfrenta crecientes dificultades políticas domésticas y busca apoyo internacional a su ajuste económico.
El embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley, transmitió de forma reservada al gobierno de Milei que la reunión de la CPAC era un evento demasiado político como para que participara el presidente, según informaron distintos medios.
La respuesta que recibió fue que Milei evitaría referirse a temas de política doméstica de EE.UU.
Sin embargo, algunos analistas observan que quizás ya asumió un riesgo.
“Si Biden gana la reelección, es probable que el hecho de que Bukele y Milei se acercaran a Trump cree tensiones”, dice Frantz, que recuerda que durante el mandato actual EE.UU. “ya se mostró bastante incómodo con las graves violaciones de los derechos humanos por parte del gobierno de Bukele”.
“Si Milei acaba cumpliendo sus promesas electorales, sobre todo en lo que respecta a las políticas que suprimen los derechos de las mujeres”, señala la politóloga, “es probable que el gobierno de Biden responda y exprese su oposición”.
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