Carta al Presidente Noboa (Parte 2)

May 31, 2024

En días pasados vi su respuesta al señor Mark Ruffalo, de quien nunca se ha sabido que haya visitado Ecuador y menos el Yasuní, pero que habla de proteger a las madres, familias y niños del bosque y azul de las peligrosas y destructivas prospecciones petrolíferas. Le respondió tanto en español como en inglés por vía de X y con algo que todos nosotros estamos de acuerdo en la necesidad de proteger. Pero esa palabra debe ser usada en una forma más amplia, pues Yasuní en las 70 ha actuales que ocupan la operación de Petroecuador es ínfima con relación al más de millón de hectáreas del parque.

Por el otro lado, está usted con una responsabilidad igual de velar por el resto de la población de la provincia de Orellana con un trato igualitario.

Situación complicada a la que hay que darle solución en vista que la consulta popular sobre el ITT fue anticonstitucional, ya que debe solo consultarse en la zona y comunidades con influencia directa del campo. Así lo señala la Constitución, además es inejecutable, ya que los ecuatorianos fuimos consultados. “¿Está usted de acuerdo con que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, definitivamente bajo el subsuelo?” Dónde abundó el desconocimiento de lo que se preguntaba, ganó, excepto en la provincia de Orellana.

  1. Crudo es un adjetivo que describe algo que no está cocinado. En otras palabras, las respuestas no dicen nada.
  2. Nos preguntaron si este crudo debía mantenerse bajo del subsuelo. Para dar una explicación fácil debemos indicar que tenemos el suelo, debajo el subsuelo. En esta segunda parte es donde se alojan los hidrocarburos, o sea el petróleo y los minerales y luego. “Bajo el subsuelo“ está el basamento, que no aloja ningún hidrocarburo.

Es necesario fomentar un diálogo entre el gobierno, en todas sus instancias de poder, las empresas petroleras, las comunidades indígenas, los grupos ambientalistas genuinas y procurar una solución que beneficie a todos. Es indispensable encontrar un camino que permita el desarrollo sostenible y la protección de los valiosos de importantes recursos naturales culturales de las comunidades y del país. Pero también es necesario decir basta a los ecologistas extremistas que se oponen a los hidrocarburos, pero recorren el país en SUV 4×4 con combustible subsidiado; cargan su computadora y celular, pero también se oponen a la minería un recurso cada vez más requerido en el proceso de la transición energética y ambiental, donde nuestro país en toda su geografía tiene los minerales necesarios para este fin y debería aprovechar de esta bonanza que permite el desarrollo de las zonas más remotas del país.  También se oponen a toda actividad agrícola en la Amazonia, al turismo en la costa y en general toda actividad económica lucrando en el proceso; pero criminalizando las inversiones para luego reclamar que no hay salud, educación, infraestructura adecuada y empleo.

Son aquellos que no se pronuncian, esta boca es mía con relación a la tala del bosque primario ni a la minería ilegal. Carlos Andrés Vera muy bien lo describió en su columna “Napo se muere” publicada en el Expreso.  Es inaudito que el país pueda ir a morir de sed junto a la fuente, cuando el bloque 43 que apenas proyecta incorporar 100 ha de Yasuni es el que mayor prospecto tiene para llegar a sobrepasar el doble de producción con reservas probadas.

Actualmente, se producen 465,00 bpd. de los cuales 55,000 proceden del bloque 43. ¡¿Quién va a pagar la cuenta de los $1300 millones invertidos en el desarrollo del mismo? ¿Los $1300 millones estimados que cuesta el desmantelamiento; el reemplazo de los 25,000 millones de dólares que podría estar generando este campo en los siguientes 15 años más una cantidad igual de dinero que costará la importación de combustibles?, ya que hemos dejado de ser exportadores de petróleo desde septiembre del 2023 con las importaciones crecientes de combustibles para atender el incremento del parque automotor permanente incluido el de aquellos pseudo ecologistas. En otras palabras, el costo al país puede superar los $ 50,000 millones USD en las siguientes dos décadas. ¿Quién lo paga?, ¿Serán los tontos ecuatorianos? ¡¡Espero que no lo seamos!! El país y la historia reconocerán su liderazgo.



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