Hace unos días fui al domicilio de quienes menciono en el título de esta nota, para adquirirel libro que conocí ellos habían escrito con el título “Llegar a Viejos” y subtitulado Vivir Hasta El Final. Lo hice porque ambos, especialmente él, son contemporáneos con este “Contador de Historias” y son personas que, salvo otros criterios, mucho han aportado de diversas maneras a que Manta (el pueblo “chato, polvoriento y aburrido” como poeticamente lo describió Ricardo de la Fuente (+) cuando y como -al igual que yo- lo conocimos) sea ahora una ciudad-puerto-balneario y capital económica de Manabí.
Devoré con mi lectura el libro de 142 páginas, que no compite con obras como las del Gabo o Vargas Llosa, pero me agradó mucho el conocer más a esta pareja que en su vida han sido como una barca o un molino de viento -alternativamente el uno y el otro- el viento que impulsa y el otro la vela de la nave o las aspas de molino…
Los primeros 6 capítulos de su hogareña aventura de vida los relata Cecilia Pinoargote Delgado, siendo Joselías Sánchez Ramos solo el “escribidor”, confiandonos que un baul de ella fue el causante de que ambos se conocieran y luego se amaran. Aunque en ese inicio me quedé sin conocer a que país la muy joven y guapa Cecilia fue a laborar para ayudar a sus padres, previo a retornar con su inolvidable baul.
Para que los generosos lectores adquieran la obra que este próximo viernes 12/09/25 a las 17h00, ellos la presentarán en el Auditorum del Museo Centro Cultural Manta, no voy a relatar más detalles inherentes, pero me atrevo a mencionar y opinar algo de lo que conozco de ambos: Que fundamentalmente son ciudadanos honestos y esforzados, que en su hogar criaron muy bien a sus 4 hijos, vencieron varias dolorosas tragedias de diverso tipo, y que en sus varias ocupaciones de servicio social, de las que destaco: Magisterio desde escuelas hasta universidad, periodismo especialmente radial, culminando con la iniciativa de ella y obviamente con la constancia mutua de 38 años sin pausas ni retrocesos, al contrario, cada vez superándolo todo, realizan el “Festival de la Canción Nacional” en la parroquia rural de San Lorenzo, al que por primera vez, hace pocos días con mi esposa asistimos a dar fe.
El 7mo. y final Capítulo, es en el que al orgulloso parroquiano de Tarqui, Joselías, la citadina mantense Cecilia, le permite “meter la cuchara”, para él escribir más de ella y modestamente algo de él, porque el libro termina recogiendo parte de los muchos reconocimientos de todo orden en los que que extensamente de él bien han dicho importantes personajes manabitas, como Tatiana Hidrovo Q., entre otros.
Así que, es de desear una plena concurrencia a este acto que de una u otra forma es un reconocimiento a esta pareja y familia que ahora confían sus cuitas a la opinión pública, a la vez que animan a los asistentes y lectores para seguir, como ellos, arrimando el hombro en labores culturales, musicales, periodísticas y patrióticas por el progreso no solo de esta ciudad, sino también de Manabí y Ecuador entero. Gracias.
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