Es verdad: en América Latina se sabe que la democracia siempre está en vilo. Sin embargo, lo que quizás no sepas es que Ecuador registra el tercer índice más bajo de apoyo a este sistema de gobierno entre 17 países de la región.
Sí, entre Argentina, Uruguay, Costa Rica, Chile, Venezuela, República Dominicana, Panamá, México, Colombia, El Salvador, Bolivia, Brasil, Perú, Paraguay, Honduras y Guatemala, nuestro país apenas alcanza un 42% de respaldo a la democracia frente a otras formas de gobierno.
Y esta cifra del 2024 es, paradójicamente, una “buena noticia” si se compara con el 37% registrado en 2023, según el más reciente estudio del Latinobarómetro, corporación privada sin fines de lucro que investiga el desarrollo de la democracia, la economía y la sociedad en la región.
Así, Ecuador solo se ubica por encima de Honduras (36%) y Guatemala (35%), muy lejos de los índices de Argentina (75%) y Uruguay (70%), países que lideran el estudio del 2024.
Pero el panorama se oscurece aún más cuando se pregunta por la satisfacción con la democracia: apenas el 19% de ecuatorianos afirma estar satisfecho, lo que nos coloca en el cuarto índice más bajo de la región, frente a un 63% en Uruguay, que encabeza esta medición.
El estudio recoge un dato que merece atención: “En El Salvador se observa el salto de una satisfacción que era apenas del 11% en 2018, antes de la llegada de Nayib Bukele, al 46% en 2020 y al 62% en 2024, después de su reelección”. Este país ocupa el segundo lugar en la región.
Volviendo al Ecuador citaremos dos cifras de terror:
• El 34% afirma que le da lo mismo vivir en democracia o dictadura, el segundo índice más alto de la región.
• El 21% declara abiertamente que prefiere un régimen no democrático, el tercer porcentaje más elevado del estudio en este punto.
En resumen: la democracia ecuatoriana está cerca de la terapia intensiva. Y esa percepción se confirma en el día a día. El mismo Latinobarómetro revela que apenas el 13% siente que el país progresa, mientras solo un 29% muestra interés en la política y un 22% se siente cercano a los partidos políticos.
El segundo gran resumen es: la vigencia y el afecto hacia la democracia no se sostienen únicamente en acudir a las urnas, respetar el equilibrio de poderes o defender la libertad de expresión. La verdadera clave está en que los gobiernos, en la práctica, mejoren la calidad de vida de sus sociedades y se orienten de manera real hacia lo social.
El Latinobarómetro 2024 es claro: los ecuatorianos claman por mandatarios que hagan que la ciudadanía ame la democracia y vea en ella un camino hacia el progreso.
Esto contrasta con la costumbre de muchos presidentes en la región, que insisten en sus discursos en que “todo está perfecto”, mientras la realidad es que la calidad de vida de millones de personas sigue siendo miserable y humillante. Ya no más de eso.
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