Lo confieso, ver videos de Maduro me pone de buen humor. Podría dedicar todo este espacio editorial a recapitular cada yerro y cada ineptitud. Su última torpeza es un espectáculo. Hasta hace pocos días siempre repetía que Venezuela está “libre de presos políticos”. Normal. Aceptar que hay presos políticos implicaría confesar que es una dictadura. No existe tal cosa como presos políticos en una democracia, porque la libertad de opinión y militancia permite que los ciudadanos disientan y se opongan a las autoridades de turno. La excusa del mandatario es que habían cometido delitos reales, “terribles hechos punibles”.
Pero claro, Maduro nunca decepciona cuando se trata de sacarnos una carcajada. Al inicio de esta semana, al anunciar la excarcelación de opositores, declaró que liberaría “presos políticos”. Así de clara la confesión. Así de incoherente con sus declaraciones previas. Así de revelador. Allí hay una razón más – si es que ello era necesario – para que los románticos correístas que siguen apoyando al régimen venezolano entiendan que se trata de una dictadura pura y dura.
No obstante, tengámoslo claro, es maduro frito por las siguientes razones. A Trump le sobran motivos para buscar la defenestración del autócrata.
Primera, el próximo año en Estado Unidos hay elecciones para el Congreso y Senado. Son claves para el presidente, porque podrían las cámaras proceder con nuevos juicios políticos y eso podría reactivar sus juicios penales. Y los números no van bien, está perdiendo el voto latino. Los migrantes están decepcionados, las tarifas de Trump han generado resentimientos y no han bajado la inflación. ¿Cómo recuperar ese voto? La caída de Maduro es clave. Si el líder estadounidense logra terminar con la dictadura venezolana todo el mundo latinoamericano lo aplaudiría sostenidamente. Sería un hito que congratularía a EEUU con todo el sur.
Segunda, los procesos de deportación de migrantes están colapsados. No hay suficientes jueces, los centros de alojamiento provisional están al reviente, los objetivos de expulsiones – las promesas de campaña – están lejos de conseguirse. Pero la caída de Maduro podría significar un cambio. Se estima que habría entre 500 y 600 mil venezolanos en Estados Unidos que regresarían a su país para el proceso de reconstrucción.
¿Y nosotros? Otrora he sido muy crítico con el movimiento MAGA y el trumpismo, pero esto puede llegar hasta aquí. La tiranía venezolana – considerando su apoyo a los movimientos políticos corruptos en toda América Latina, especialmente en Ecuador – ha sido un cáncer para toda la región. Si el mandatario genera la liberación de tiranía más destructiva del último siglo en el continente, se merecerá más que un simple agradecimiento.
0 comentarios