El gobierno presentó la forma presupuestaria para 2025, que asciende a 40,000 millones de dólares, con ingresos proyectados en 27,440 millones y gastos en 33,065 millones, un aumento de 5,000 millones respecto al presupuesto anterior. La proforma incluye incrementos de 2,000 millones para salud y 1,000 millones para educación, pero expertos cuestionan la viabilidad de estos montos.
Fausto Ortiz, exministro de Economía y Finanzas, explicó que los aumentos en gastos se acompañan de ingresos proyectados que probablemente no se concretarán, lo que inflaría artificialmente el presupuesto. Señaló que, aunque legalmente estos incrementos cumplen con la normativa de asignar un medio punto del PIB a salud y educación, en la práctica es difícil que se ejecuten plenamente.
Sobre el déficit fiscal de 5,600 millones de dólares, Ortiz señaló que podría estar sobreestimado. Hasta agosto, el déficit real rondaba los 2,000 millones, por lo que alcanzar la cifra proyectada implicaría un incremento de 3,600 millones en los últimos cuatro meses del año. Además, el financiamiento dependerá de multilaterales, ya que la colocación de deuda en mercados internacionales resultaría demasiado costosa.
El presupuesto también contempla un incremento en gastos sociales, especialmente en bonos para sectores vulnerables, compensando parcialmente la eliminación de subsidios a combustibles. Sin embargo, la inversión pública sigue limitada al 5% del PIB, mientras que la inversión privada representa alrededor del 15%, lo que deja a la economía impulsada principalmente por el sector privado.
Ortiz concluyó que las proyecciones de crecimiento económico y producción petrolera presentadas por el Ministerio de Finanzas podrían estar sobreestimadas y que será necesario un ajuste de cifras, especialmente en inflación y producción, para reflejar la realidad económica del país.
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