La primera ministra Kamla Persad-Bissessar anunció que Trinidad y Tobago permitirá el acceso de tropas estadounidenses a su territorio si estalla un enfrentamiento militar entre Venezuela y Guyana por el Esequibo, un giro estratégico en la seguridad del Caribe.
Aunque la mandataria destacó los lazos históricos con Venezuela, advirtió que su gobierno respaldará a Washington y a Georgetown si el régimen de Nicolás Maduro intenta invadir o atacar territorio guyanés.
La decisión coincide con el despliegue de buques de guerra de EE. UU. en el Caribe, entre ellos el USS Gravely y el USS Jason Dunham. Guyana, respaldada por Washington, se ha convertido en pieza clave por su riqueza petrolera. Surinam, Barbados y las Islas Turcas y Caicos también han mostrado interés en reforzar su cooperación militar frente a la ola de violencia regional.
El Esequibo, con 160 000 km², es reclamado por Venezuela pese al Laudo Arbitral de París de 1899, que otorgó la soberanía a la entonces Guyana Británica. Georgetown defiende la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia, mientras Caracas insiste en su “derecho histórico” y avivó la tensión con el referéndum de 2023 para anexar la zona.
La decisión de Trinidad y Tobago también responde a la crisis de violencia que enfrenta la isla. El país registró 625 homicidios en el último año, en su mayoría ligados al narcotráfico y a pandillas. Persad-Bissessar alertó que los cárteles han logrado penetrar en instituciones de poder, lo que convierte la cooperación militar y judicial internacional en un eje central de su estrategia de seguridad.
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