El presidente Daniel Noboa ha propuesto que las organizaciones políticas financien por completo su funcionamiento y campañas electorales, lo que implica la eliminación de dos fondos estatales: el Fondo Partidario Permanente y el Fondo de Promoción Electoral.
El Fondo Partidario Permanente se destinaba a actividades de formación política, publicaciones, capacitaciones e investigaciones, así como al funcionamiento institucional de los partidos. Para acceder a este fondo, las organizaciones políticas debían cumplir con ciertos requisitos, como obtener al menos el 4% de votos válidos en dos elecciones pluripersonales consecutivas, contar con al menos tres representantes en la Asamblea Nacional, 18 de las 222 alcaldías o un concejal en al menos 22 de los 222 cantones.
Por otro lado, el Fondo de Promoción Electoral se asignaba para cubrir la propaganda en campaña electoral en medios de comunicación. Este dinero no se entregaba directamente a los candidatos, sino a los medios en los que estos deseaban pautar.
El experto electoral Alfredo Espinosa considera que la eliminación del Fondo Partidario Permanente es positiva, ya que asegura que muchas organizaciones políticas no utilizaban adecuadamente estos recursos para actividades de formación y fortalecimiento institucional.
Sin embargo, Espinosa advierte que la eliminación del Fondo de Promoción Electoral podría generar campañas electorales desiguales, favoreciendo a candidatos con mayor poder económico y limitando las oportunidades para aquellos con menos recursos. Además, señala que existe el riesgo de que las organizaciones políticas reciban dinero de dudosa procedencia para financiar sus actividades.
Desde la Izquierda Democrática, su secretario nacional, Elvis Herrera, informa que su organización política no ha recibido el Fondo Partidario Permanente desde 2020 y que ya están implementando estrategias para financiarse, como solicitar aportes económicos a sus afiliados y crear un instituto de formación política y un centro de mediación.
Por su parte, el Movimiento CREO defiende la idea de que las organizaciones políticas se financien por su cuenta. Su presidente, Eitel Zambrano, menciona que su movimiento se mantiene con aportes voluntarios, incluyendo contribuciones del expresidente Guillermo Lasso, y con el trabajo y compromiso de sus miembros.
En resumen, aunque los partidos políticos ecuatorianos podrán sobrevivir sin financiamiento estatal, deberán adaptarse a nuevas formas de financiamiento y enfrentar desafíos relacionados con la equidad en las campañas electorales y la transparencia en el origen de los recursos.
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