IESS despide a cuñada de ‘Fito’ tras revelaciones sobre red criminal en hospital de Manta

Ago 6, 2025

El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) removió de su cargo a la cuñada de José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, luego de que se revelaran sus presuntos nexos con la estructura criminal que este lideraba desde prisión. La mujer ocupaba el cargo de coordinadora de Talento Humano en el Hospital General de Manta, en Manabí, uno de los bastiones del grupo delictivo Los Choneros.

El despido fue confirmado por el IESS este martes, apenas días después de que un medio digital expusiera que ella sería una pieza estratégica en el entramado mafioso de Fito, aprovechando su posición para facilitar contratos públicos en favor del grupo, especialmente en áreas clave como seguridad y limpieza.

Junto a ella también fue destituido el gerente del hospital. Según la investigación periodística, el entorno de Fito utilizaba el centro asistencial no solo para beneficiarse económicamente, sino también como punto de atención preferencial para sus allegados.

La funcionaria, que tenía un contrato de libre nombramiento, también ha estado vinculada con otras instituciones públicas en Manta, así como con el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, según registros de la Contraloría.

Desde el IESS informaron que actualmente se desarrollan investigaciones internas por presuntos actos de corrupción ligados a estos despidos, cuyos resultados serán difundidos una vez estén listos.

Un clan familiar enquistado en lo público

Este caso se suma al del hermano del narco, Yandry Macías Villamar, arrestado en junio pasado como supuesto miembro de una red de lavado de activos. Él trabajaba desde 2015 en la empresa municipal de movilidad de Manta, donde, según el ministro del Interior, John Reimberg, no solo ejercía su cargo, sino que realmente “dirigía” la institución para facilitar el movimiento de drogas y armas sin controles.

Otro aliado clave del entorno de Fito, Cristian Mendoza, también tenía un cargo en esa misma empresa y era parte de su anillo de seguridad. Su pista fue determinante para que las autoridades localizaran al cabecilla el pasado 25 de junio, escondido en un búnker subterráneo en Montecristi.

El poder del narco también se extendía a través de sus vínculos amorosos: su esposa, Mariela Peñarrieta, tenía una empresa contratista del Estado, mientras que su pareja sentimental, Verónica Briones, registra pagos a funcionarios de diferentes entidades públicas, según la Fiscalía.



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