El presidente ejecutivo de Expoflores, Alejandro Martínez, advirtió que el reciente aumento del arancel estadounidense al 15% representa un duro golpe para productos como las flores ecuatorianas, que ahora enfrentarán una carga total de hasta 21,8%, sumando el arancel base (6,8%). La medida, anunciada por la administración Trump, forma parte de una estrategia comercial más amplia que busca reducir el déficit comercial de EE. UU. y presionar a países con barreras paraarancelarias, como Ecuador.
“Este aumento de cinco puntos adicionales es fuerte. Hace apenas seis o siete meses el arancel era del 6,8%”, explicó Martínez en Teleamazonas. Sin embargo, recalcó que la medida no es definitiva y confía en que Ecuador logrará una reducción negociada de esta tasa en los próximos días, antes de que entre en vigencia el 7 de agosto.
Según Martínez, Trump utiliza estos aranceles como parte de una estrategia para forzar a países con los que EE. UU. tiene déficit comercial a desmontar barreras técnicas o normativas (los llamados “irritantes” o paraarancelarios), como cupos, normas técnicas excesivas o trabas a la propiedad intelectual.
“Ecuador ha sido históricamente un país con muchas barreras paraarancelarias. Ahora tiene la oportunidad de desmontarlas y ganar competitividad”, sostuvo.
Aunque criticó la forma en que Trump anuncia estas medidas —publicando listas país por país sin previo aviso—, Martínez señaló que este tipo de anuncios suelen generar caos comercial solo temporalmente, hasta que se logran acuerdos. “El artículo B del decreto de Trump dice que los países que estén negociando pueden obtener un trato distinto”, recordó.
Ecuador y EE. UU. han venido negociando desde marzo, en lo que sería la cuarta ronda de conversaciones enfocadas en desmontar los paraarancelarios, no en firmar un tratado comercial. Aunque el proceso no garantiza una eliminación total del arancel, Martínez cree que es probable que la sobretasa se reduzca a entre 0% y 5%, aunque no se llegue a eliminar completamente, debido a que algunos obstáculos estructurales —como el Código de Ingenios en propiedad intelectual— son difíciles de desmontar en el corto plazo.
En contraste, países como Colombia, que mantiene una sobretasa del 10%, no están en negociaciones similares, lo que da a Ecuador una posible ventaja futura.
Pese al golpe inicial, Martínez insiste en ver este momento como una oportunidad. “Si Ecuador logra desmontar sus paraarancelarios, no solo mejorará su relación con EE. UU., sino que también obligará a la industria nacional a ser más competitiva e innovadora”, dijo. Añadió que es fundamental diversificar la oferta exportadora ecuatoriana: “No podemos seguir exportando solo flores y banano. Necesitamos abrir más oportunidades”.
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